Megasa, Xeal, Ferroatlántica y Celsa anticipan un apagón industrial por la factura eléctrica

Megasa ha apagado su fundición y Xeal ha hecho lo propio con el último horno que permanecía activo después de que el precio de la electricidad haya tocado máximos en España por la invasión de Ucrania

Imagen de la sede de Megasa, la primera siderúrgica de Galicia, en Narón. EFE

Imagen de la sede de Megasa, la primera siderúrgica de Galicia, en Narón. EFE

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La guerra entre Rusia y Ucrania mete más presión a la industria electrointensiva. La invasión del país que preside Volodímir Zelenski ha desencadenado una espiral de subidas de precios en las materias primas que, además, se ha traducido en una subida del precio de la electricidad hasta marcar máximos de 545 el megavatio/hora este martes.

Esta escalada en la factura de la luz se ha empezado a cobrar sus primeras víctimas en la gran industria gallega. Se trata de Megasa y Xeal (la empresa que controla el antiguo complejo de Ferroatlántica en Cee-Dumbría y sus diez minicentrales hidroeléctricas), que han puesto en marcha sendos planes de ajuste.

Incertidumbre en Megasa

En el caso de la siderúrgica con sede en Narón, la escalada de la luz ha forzado el apagado de su horno de fundición. La decisión se produjo el pasado viernes y supone un nuevo recorte en una compañía que en los últimos meses ha activado diferentes ajustes para hacer frente a la subida de los costes energéticos.

La firma propiedad de la familia Freire optó el pasado mes de octubre por ajustar su producción a fines de semana, festivos y horario nocturno para intentar aprovechar los momentos con la tarifa eléctrica más barata. Pero el mantenimiento de los precios por encima de los 200 euros el megavatio forzó un nuevo ajuste en Navidades. El clásico parón de una semana que realiza la planta en fechas navidades para abordar tareas de mantenimiento triplicó su duración en esta última ocasión ante la imposibilidad de hacer rentable la producción con los precios que marcaba por aquel entonces el mercado mayorista.

Ahora, casi tres meses después, los nuevos récords que ha marcado el precio de la electricidad en España dibuja un escenario incierto para la factoría naronesa. El comité de empresa ha preferido guardar silencio sobre las propuestas que la empresa ante este nuevo panorama. «Por respeto al conjunto de los trabajadores no se va hacer ningún comunicado hasta que se traslade la situación propuesta por la empresa a los trabajadores», aseguran fuentes sindicales, que prefieren no hacer comentarios hasta que no se celebre la asamblea con los trabajadores este miércoles por la tarde.

Megasa sucumbe a la crisis de la energía tras resistir al Covid-19

De esta forma, la escalada del precio de la luz presiona las cuentas de Megasa tras capear el temporal del Covid-19. Megasa Siderúrgica, la sociedad que controla la fábrica de Narón, se apuntó un beneficio de 3,2 millones de euros, quintuplicando los 538.000 euros logrados el ejercicio anterior.

El último gran ajuste de Megasa data del año 2010. Fue entonces cuando la firma presentó un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) para 175 trabajadores de su complejo de Narón tras alegar causas técnicas, productivas y organizativas, pero no económicas. El frenazo del sector de la construcción obligó por aquel entonces a la compañía a recortar su producción hasta algo más de la mitad de su capacidad y, además, provocó que se acumulase un stock de más de 100.000 toneladas de material.

De Xeal a Ferroatlántica

Además de Megasa, otra industria electrointensiva gallega ha profundizado en su senda de ajustes por la escalada de la luz. Se trata de Xeal. El comité de empresa denunció este martes la decisión de la empresa de parar el horno 14, el único que estaba operativo en la fábrica de Cee.

Los sindicatos han afeado la medida a la dirección de la empresa toda vez que, según argumentan, es precisamente ahora cuando más «beneficios está obteniendo a cuenta del elevado precio de la electricidad» del que sacaría provecho a través de sus diez minicentrales hidroeléctricas de los ríos Xallas y Grande.

Esta oleada de recortes se ha trasladado también a acereras como ArcelorMittal o Celsa (matriz de Celsa Atlantic, con factoría en A Laracha), que se han visto obligadas a apagar hornos, tal y como llegó a hacer la propia Ferroatlántica en su factoría de Sabón a finales del año pasado.

La compañía reactivó en el arranque de 2022 su tercer horno en Sabón tras una estabilización en el precio de la electricidad que la guerra entre Rusia y Ucrania ha echado por tierra. Los vaivenes en la factura de la electricidad en el tramo final de 2021 obligaron a la compañía a reducir capacidad en España mediante el apagado de hornos, un movimiento que ha venido acompañado del desvío de encargos a sus factorías de Francia y Noruega.

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