Megasa recorta producción por el coste de la luz tras multiplicar por cinco sus beneficios durante el Covid
Las planta de Narón, que dejará de producir en uno de sus turnos por el coste de la energía, cerró con 3,2 millones de beneficio el año del Covid, cinco veces más que en 2019; la planta de los Freire en Zaragoza también logra ganancias
El precio de la energía duele más que el Covid. Es la primera conclusión que puede extraerse de los números de Megasa, el grupo siderúrgico de la familia Freire con plantas en Narón, Zaragoza y Portugal, además de un centro de reciclaje en Valencia. La compañía anunció recientemente que limitaría su producción en Ferrolterra a las horas en las que la energía es más barata debido a la escalada de precios que sufre toda Europa y, con especial virulencia, España.
El recorte de producción para aprovechar las horas más económicas no es una práctica que sorprenda en las plantas de los Freire. En Narón, Megasa Siderúrgica limitaba su actividad a las tres franjas más baratas (P4, P5 y P6), con cierta flexibilidad para producir en P3 si era necesario. Ahora pasa a concentrar su producción a la madrugada, los festivos y el fin de semana.
Sin embargo, llama la atención el recorte de producción por la buena marcha que lleva la fábrica y que se mantuvo también durante el Covid. La memoria de ejercicio de Bipadosa, el holding familiar que controla las distintas sociedades vinculadas al grupo siderúrgico, muestra que la fábrica gallega logró beneficios durante la pandemia y que incluso los multiplicó por cinco respecto al ejercicio de 2019. Algo similar podría decirse de Megasider, la planta de Zaragoza que Megasa compró a ArcelorMittal, pues tras años acumulando números rojos también obtuvo ganancias millonarias en medio de la crisis sanitaria.
Megasa va bien, pero el sistema energético no
Megasa Siderúrgica, la sociedad que controla la fábrica de Narón, cerró el ejercicio de 2020 con 3,2 millones de beneficio, lo que supone multiplicar por cinco las ganancias del año anterior, cuando obtuvo un resultado positivo de 538.000 euros. En el actual ejercicio, según fuentes sindicales, la factoría seguía con una línea positiva, vendiendo toda la producción y sin acumular stock. El funcionamiento del grupo hace que sea la propia Metalúrgica Galaica (Megasa), la central de compras, la que adquiera el producto a sus propias factorías para luego colocarlo en el mercado.
Hay que tener en cuenta que el recorte de producción puesto en marcha por los Freire no es especialmente traumático, pues ya estaban fabricando solamente a horas de electricidad baratas y no tiene más consecuencia en la plantilla que alterar la actividad del turno de mañana: en lugar de producir, hará mantenimiento.
El gran ajuste en la factoría se llevó a cabo años atrás, cuando la dirección aplicó un ERE en el año 2014. Entonces producía unas 800.000 toneladas anuales, mientras que ahora saca la mitad con los 130 operarios que mantiene en plantilla.
Los números de Megasa: Portugal lidera las ganancias
Además de Megasa Siderúrgica, también Megasider, la planta de Zaragoza, obtuvo beneficios en el año del Covid: 3,5 millones, según la memoria de Bipadosa. La fábrica aragonesa fue adquirida por los Freire en 2016, poco después del recorte en Narón, y recientemente ha anunciado una inversión en las instalaciones de 60 millones. Pese a ello, la empresa había registrado pérdidas en los ejercicios previos. En 2019, por ejemplo, cerró con números rojos de más de un millón de euros.
La sociedad con mayores beneficios del grupo es Atlansider SGPS, el hoding domiciliado en Seixal que integra a sus centros de producción en Portugal (Maia y Seixal). Este grupo cerró el año del Covid con más de 40 millones en ganancias. También lograron un resultado positivo Freire Hermanos (1,5 millones de beneficio), Freire Productos Siderúrgicos y la comercializadora Metalúrgica Galaica, con más de 5 millones en ganancias. Sin embargo, la fabricación de malla de acero en Narón con Megamalla acabó con un resultado negativo de 1,17 millones, mientras que la planta de reciclaje valenciana también tuvo pérdidas, aunque de apenas 200.000 euros.