Megasa mantiene el ERTE en su acería por la fuga radiactiva pero asegura su producción
El Consejo de Seguridad Nuclear da luz verde al plan de limpieza de la acería, parada desde el pasado 8 de junio por la fuga de una fuente radiactiva de Cesio-137
El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) ha emitido una apreciación favorable parcial del plan de limpieza y descontaminación presentado por Megasa, que supondrá el inicio de las tareas de limpieza en la acería, parada desde el 8 de junio por la fuga de una fuente radiactiva de Cesio-137. Estos trabajos, según indican fuentes de la parte social, no alteran el ERTE planteado por la compañía que afecta a unos 50 empleados de los 120 que trabajan en la factoría.
Las mismas fuentes han descartado que el plan de limpieza afecte a otras secciones de la planta que continúan con su ritmo habitual de trabajo, como por ejemplo el área de laminación.
Plan de limpieza
Los materiales contaminados se encuentran aislados y acordonados en el interior de la instalación hasta que se proceda a su retirada siguiendo lo establecido en el Real Decreto sobre gestión y control de fuentes huérfanas y el Protocolo sobre vigilancia radiológica de materiales metálicos.
El Consejo de Seguridad Nuclear explica que, una vez notificado el suceso, el organismo regulador envió a un inspector a la instalación para comprobar la situación y para poder autorizar la salida de los materiales que no resultaron contaminados.
Del mismo modo, siguiendo los procedimientos establecidos, el CSN llevó a cabo las comprobaciones pertinentes y confirmó que el suceso no había tenido repercusión para el medio ambiente puesto que las medidas de radiación fuera de la instalación presentaban valores habituales.
Parada de la actividad en la acería
Tras detectar la fuga de Cesio-137 en un horno de arco eléctrico el pasado 8 de junio, la acería paró su actividad el pasado 8 de junio, según lo establecido en el protocolo. El incidente fue identificado en los pórticos de detección, al producirse una alarma de radiactividad durante la salida de un camión cargado con polvo de depuración. Ante este hecho, el personal de la instalación detuvo la producción de acero y la salida de productos de la instalación.
«De manera inmediata, el organismo regulador llevó a cabo las comprobaciones pertinentes a través de su red automática de estaciones de vigilancia radiológica, confirmando que el suceso no había tenido repercusión para el medio ambiente puesto que las medidas de radiación fuera de la instalación presentaban valores habituales», informó por entonces el Consejo de Seguridad Nuclear en un comunicado.