Duro golpe a los beneficios de Megasa y su grupo
Con la excepción de las plantas portuguesas, las grandes fábricas de la familia Freire que engloba Megasa recortaron beneficios de forma drástica en 2019
Megasa ha dejado de ser la isla de beneficios en el mar de incertidumbre que surcan todas las industrias electrointensivas gallegas, esos grandes consumidores de energía ahora en la picota. El grupo de la familia Freire, paradigma de crecimiento tanto orgánico como inorgánico, con compras, ha comprobado que 2019, el ejercicio previo al Covid-19, no fue precisamente un año para enmarcar.
Bipadosa es la cabecera del grupo de consolidación de la familia Freire, integrado por empresas dedicadas básicamente a la producción y comercialización de productos siderúrgicos, con fábricas repartidas por Narón, Maia (Oporto), Seixal (Lisboa) y Zaragoza. A falta de presentar sus cuentas consolidadas del 19, y pendiente por tanto de los pertinentes ajustes, los resultados individuales de Bipadosa, el holding familiar, permiten conocer la evolución del grupo de forma pormenorizada, con sus beneficios.
Los dividendos que recibe el holding
Como tal, Bipadosa obtuvo un beneficio de 5,9 millones al cierre de 2019, frente a un resultado de 117,45 millones registrado en 2018. Los resultados de la holding se derivan fundamentalmente de los dividendos percibidos de las empresas del grupo: fueron 15 millones de euros en 2019 frente a los 49 millones de 2018. Pero hay otra explicación a esa caída del beneficio.
Y es que la familia Freire detalla en la memoria de Bipadosa que en 2018 se habían generado 70,7 millones de euros de plusvalías en la transmisión de participaciones entre sociedades del grupo a otra sociedad instrumental de la familia, denominada LAF 98 SL. Eso explica la sustancial caída de resultados, pero hay más, y tiene que ver con el comportamiento de las propias fábricas.
Caída de beneficios por fábricas
Fundada en 1953, Megasa Siderúrgica es la sede central corporativa de grupo, que desde Narón también produce acero corrugado en barra, en rollo y alambrón. Es una de las joyas. Pues bien, sus beneficios se situaron al cierre de 2019 en apenas 538.000 euros, cuando un año antes había ganado 8,9 millones de euros. Este comportamiento también se registra, según las cuentas de Bipadosa, en Metalúrgica Galaica, la comercializadora del grupo. Su beneficio cayó a menos de la mitad en un año: desde los 11,2 millones de 2018 a unos 4,7 millones el año pasado.
Por el contrario, el comportamiento de Megasider, la planta que el grupo compró a Arcelor en 2016, fue relativamente esperanzador, sin salir de los números rojos. La fábrica de Zaragoza, que fue epicentro de conflictos laborales, recortó sus pérdidas hasta poco más del millón de euros el año pasado, cuando en 2018 había arrojado un resultado negativo superior a los cuatro millones.
En Portugal, Megasa resiste, pero también acusa un escenario adverso. Las plantas lusas se han convertido, en cualquier caso, en motor de beneficios del grupo de la familia Freire. Atlansider SGPS, la sociedad de cartera con base en Seixal que controla las fábricas, ganó el año pasado 52 millones de euros, cuando en 2018 sus beneficios se habían situado en prácticamente 79 millones. Desde Portugal, son ya cuatro plantas las que aportan negocio al grupo de la familia Freire.