Más allá de Langosteira: las claves del desembarco de Maersk en Galicia

Con la incógnita por despejar de si será en una primera o segunda fase, la apuesta de Maersk por Langosteira pasa por un desarrollo industrial de producción y almacenamiento complementario a las operaciones de 'bunkering', que se realizarían en el puerto exterior

Puerto exterior de Punta Langosteira, en A Coruña

Puerto exterior de Punta Langosteira, en A Coruña

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Maersk lo es todo en la Bahía de Algeciras, su operador de transporte marítimo de referencia a través de una gran terminal de contenedores. Sin embargo, la gran inversión en metanol verde que prepara no pasará exclusivamente por dicho puerto. Será más amplia, y podría llegar a Huelva, porque en los planes del grupo danés se encuentra la separación física de las actividades de bunkering (carga de sus buques con el combustible verde) de lo que es la producción y almacenamiento del metanol. ¿Podría suceder algo así en Galicia, con el proyecto de Langosteira? Son varios los factores que apuntan en esa dirección, con un impacto industrial mucho más allá del puerto exterior.

También son varias las incógnitas que quedan por despejar del proyecto, pero si algo a estas alturas está claro es que las ubicaciones de Algeciras y Langosteira no son caprichosas, sino que forman parte de un proyecto integral con el que Maersk cubrirá los trayectos de su flota, ya sea el acceso al Mediterráneo como los tránsitos de la fachada atlántica, en uno y otro caso. Algo similar sucede con el proyecto de Egipto y el Canal de Suez, que a través del Mar Rojo llega al Índico. Gran parte de sus tráficos estarían cubiertos.

¿Andalucía por delante?

Lo que todavía no está claro, según fuentes relacionadas con ambos proyectos, son los tiempos de ejecución de las inversiones, es decir, cuál será la primera de las dos iniciativas a acometer por parte de Maersk. Las mismas fuentes apuntan a un mayor grado de maduración de la inversión en Andalucía, de ahí que los máximos responsables de la compañía acudiesen directamente a Sevilla, a la sede de la Junta, justo después de presentar el proyecto en La Moncloa el pasado jueves.

El calendario inicial marca dos fechas: en 2025 debe entrar en operación uno de los proyectos, se desconoce cuál oficialmente, para estar los dos en funcionamiento en 2027. Tampoco está decidido, según las mismas fuentes, el tipo de combustible a desarrollar en cada uno de los emplazamientos: metanol verde o amonio o incluso ambos, en función también del desarrollo de la tecnología en los próximos años.

Los inquilinos de Langosteira

Actualmente, en Langosteira hay una disponibilidad de suelo de un millón de metros cuadrados, aproximadamente, pero son ya varios los grandes proyectos que están en capilla: además del traslado del Repsol se encuentran en desarrollo las inversiones de Blackstone, con un proyecto de hidrógeno y amoniaco verde, y de Ignis Energy Holdings, para la construcción de otra terminal de procesamiento y almacenamiento de amoniaco verde. En ambos casos los trámites administrativos están en marcha en la Autoridad Portuaria de A Coruña.

A estas iniciativas se sumaría Maersk, lo que también supone un reto logístico. Pero son varios los condicionantes del proyecto del grupo danés para encajar, de forma similar a la iniciativa de Algeciras y Huelva. Por tanto, la presencia del grupo en Langosteira pasaría por un desarrollo industrial de producción y almacenamiento complementario a las operaciones de bunkering (llenado de combustible de los buques), que se realizarían en el puerto exterior.

Un polo industrial

A ello se añaden un puñado de requisitos para la producción de hidrógeno o amonio verde a partir de energía renovable, lo que requiere la firma de acuerdos con proveedores locales (PPA) o el desarrollo de los propios parques eólicos. Para cubrir toda la cadena de valor, desde la producción hasta el consumo de amoníaco como combustible a bordo de los buques, que es lo que pretende Maersk, la clave está en la energía y en las infraestructuras eléctricas de evacuación, pero también en un recurso como el agua o incluso la llegada del tren, ya que el metanol se puede mover por vía férrea hasta el puerto exterior.  

Energía, factor crítico

En el escenario actual, uno de los grandes cuellos de botella para el desembarco final de Maersk en Galicia viene por el lado del desarrollo de más megavatios eólicos, e incluso de centrales hidráulicas reversibles, con varias en tramitación. Xunta y Gobierno central adjudican los megavatios (menos de cincuenta, San Caetano, y más, el ministerio) pero la ordenación de los futuros polos industriales como grandes consumidores de energía renovable depende de Red Eléctrica, que administra las líneas de evacuación. Ese, más que un reto, es un desafío mayúsculo por el aluvión de proyectos en marcha.

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