Manrique sólo tiene en Sacyr el 25% que debe a los bancos
Los acreedores obligan al presidente de Sacyr a vender casi cuatro millones de acciones por más de ocho millones de euros
Manuel Manrique lleva cinco años –los mismos que acredita como presidente de Sacyr –accionista de Repsol al 8,5%– tras sustituir, en octubre de 2011, a Luis del Rivero– sin presentar las cuentas de Cymofag y Telbasa Construcciones e Inversiones, las dos sociedades a través de las que posee el cada vez más reducido capital en Sacyr. Manrique es propietario del 100% de Telbasa que, a su vez, controla en su totalidad Cymofag.
Junto al propio Del Rivero, José Manuel Loureda y Félix Riezu –todos ingenieros de caminos procedentes de Ferrovial–, Manrique había fundado Sacyr en 1986, empresa de la que llegó a poseer el 9%, valorado hace una década en más de 1.300 millones de euros.
Hoy, tras la última venta llevada a cabo hace dos semanas bajo presión de sus acreedores, ya sólo acredita el 4,31%, que capitaliza por unos 44 millones de euros, y que apenas le sirven para cubrir el 25% de lo que debe a sus acreedores.
Pérdidas de sus empresas particulares
En las últimas cuentas presentadas de ambas sociedades, correspondientes al ejercicio 2010 y depositadas en el registro mercantil en junio de 2011 –cuatro meses antes de acceder a la presidencia tras desbancar a Del Rivero–, tanto Telbasa como Cymofag cerraban con cuantiosas pérdidas, de 3,69 y 5,58 millones de euros, respectivamente.
Pérdidas causadas por los cuantiosos gastos financieros de ambas sociedades, derivadas de unas deudas que, en el caso de Cymofag, sumaban 148 millones, y de 87 millones en Telbasa.
Deudas que Manrique había contraído para acudir a diversas ampliaciones de capital de la constructora o para comprar algunas propiedades personales, como una finca al oeste de la Comunidad de Madrid –adquirida a los herederos del General Martínez Campos– por la que, a principios de 2007, había pagado más de 50 millones de euros.
Unos 235 millones de euros de deuda al cierre de 2010 que, por entonces, el ahora presidente de Sacyr garantizaba con el 6,43% del capital de la constructora, valorado en 120 millones de euros. Al año siguiente, en plena guerra con Del Rivero por el control de Sacyr de la que salió victorioso, Manrique lograba refinanciar su deuda.
Recepción de acciones gratuitas e inmediata venta
Tres meses antes de acceder a la presidencia, Manrique recibía 713.000 acciones gratuitas de la constructora como retribución, a través de una ampliación de capital liberada. Títulos que le permitieron llegar al frente de Sacyr con el 6,09% de su capital.
Por la misma vía retributiva, la de la ampliación de capital liberada, el presidente de Sacyr recibió el julio de 2012 otro paquete de 1,05 millones de acciones, y, un año después, otro de 182.000 que Manrique aprovechó para vender de manera inmediata, obteniendo algo más de 480.000 euros.
Empezaba así la progresiva dilución de su participación en la constructora. Entonces la dejaba fijada en el 5,75%. En abril de 2014, tras una modificación de los derechos de voto, la reducía al 5,33%. Y ya en julio de ese año, tras vender 322.639 acciones por 1,33 millones, menguaba el capital en Sacyr hasta el 5,27%.
Acuciado por los acreedores
El año pasado, las ventas fueron de mayor empaque. Manrique, acuciado por sus acreedores, no solo se vio obligado a desprenderse de los casi 570.000 títulos que había recibido en otra ampliación liberada de capital, sino que tuvo que vender otros 276.000. Más de 842.000 acciones cuya venta le proporcionó 2,8 millones de euros.
En 2016, Sacyr no ha hecho efectiva una nueva entrega gratuita de acciones, pero Manrique sí ha tenido que volver a vender acciones para saldar deudas con sus acreedores por su pasivo personal. Y, además, lo ha hecho, de una manera mucho más cuantiosa.
El pasado 26 de octubre, según la notificación remitida a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Manrique vendía, por 8,15 millones de euros, un paquete de casi 3,9 millones de acciones, reduciendo su participación en la constructora al 4,31%, valorado en poco más de 40 millones de euros.
La CNMV pide explicaciones
Semanas antes de esta venta, el regulador había requerido a Sacyr para que justificara la razón por la que Manrique percibió en 2015 prácticamente lo mismo como salario fijo que como retribución variable, prácticamente 1,4 millones de euros en ambos casos.
Y la empresa lo hizo en el sentido de que resultaba ajustado por la consecución de los objetivos, ampliamente cubiertos al ganar 370 millones de euros, gracias a los 1.800 millones obtenidos por la venta de la filial Testa a la socimi Merlin. El cierre de esta operación le permitirá ingresar a Manrique otro millón de euros adicional.