Malasa, otra carpintería de Inditex en números rojos: pierde ocho millones por el Covid

Malasa pasa de ganar casi cinco millones a perder ocho tras anotarse una caída de ventas del 40% como consecuencia del parón de actividad por la pandemia

Malasa

Imagen de archivo del exterior de las instalaciones del grupo Malasa

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Ni los históricos proveedores de Inditex son inmunes a la crisis por el Covid-19. Maderas Lamelas (Malasa), la firma especializada en la fabricación de muebles y tarimas que ha acompañado al grupo arteixano durante su expansión por medio mundo, ha visto cómo su cuenta de resultados se teñía de rojo como consecuencia de la pandemia.

Así se desprende de las últimas cuentas anuales que la firma con sede en Cambre ha depositado ante el Registro Mercantil de A Coruña. En ellas se refleja que la compañía se ha caído del club de empresas gallegas que facturan más de 100 millones, después de sufrir una bajada de ingresos de casi el 40%.

En concreto, su cifra de negocios se desplomó desde los 108 hasta los 65 millones de euros. «El grupo estimo en sus presupuestos una cifra récord de facturación en el año 2020, dimensionando su estructura de gastos acorde. La abrupta e inesperada parada como consecuencia de la pandemia lastraron cualquier expectativa de crecimiento», revela en su memoria anual.

Dobla las pérdidas de Caamaño

Esta pérdida de negocio ante el frenazo de actividad por el Covid-19 provocó que la compañía pasase de ganar 4,5 millones de euros en 2019 a anotarse unas pérdidas por valor de 8,4 millones de euros, duplicando así a los 3,3 millones de euros que la otra gran carpintería de Inditex (el Grupo Caamaño, ahora rebautizado como Kimak) se dejó en el último ejercicio.

El grupo Malasa acusó el golpe del Covid-19 en un año en el que preveía cosechar cifras récord gracias, entre otras cosas, a la integración de Noa Madera Creativa y su incursión en el mercado mexicano. Y es que la firma controlada por la familia Pérez Patiño, que en 2018 dieron entrada al fondo GPF Capital en su accionariado con una participación del 33%, desembarcó en México de la mano de su filial Malasa Mex.

«Esta nueva sociedad, como no podía ser de otra manera, ha sufrido el impacto del Covid-19, que ha retrasado tanto la adecuación e instalación de la maquinaria como el inicio de las ventas, contribuyendo significativamente al resultado de explotación negativo del consolidado del grupo», recalca la firma en su memoria anual.

Tras este traspiés en un 2020 marcado por el golpe del Covid-19 y el ERE sobre la mitad de la plantilla de la fenesa Noa Madera Creativa, la cúpula de Malasa prevé una fuerte recuperación de la actividad y un acelerón a su nueva estrategia.

Diversificación de clientes

«El grupo ya era consciente antes de la pandemia de la necesidad de ampliar tanto mercados, como clientes y sectores. La llegada de la pandemia ha acelerado este proceso», reconoce la firma. En este sentido, desde Malasa añaden que se están «ampliando tanto los mercados donde opera como diversificando la cartera de clientes. Esta diversificación le esta permitiendo entrar en sectores de negocio de hotelería, restauración y viviendas mientras consolida el negocio del retail con nuevos
clientes».

La firma, que empleó a una media de 650 trabajadores a lo largo del año pasado, reduce así su Zaradependencia. Fue en 1995, tres años después de su inauguración, cuando la compañía controlada por la familia Pérez Patiño inauguró su carrusel de contratos con Inditex para la instalación de tiendas en medio mundo.

Este reguero de encargos fuera de España ha permitido que la compañía eche raíces en el mercado exterior incluso al margen del grupo arteixano. No en vano, la firma ha realizado encargos en 55 países y se apuntó el 70% de sus ventas en el extranjero a lo largo del año pasado.

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