Luis del Olmo firmaba sin leer los papeles de Rogelio Rengel
El exadministrador de sus empresas reconoce ante el juez que se apropió del dinero del popular locutor radiofónico para financiar la revista 'Don Balón'
Luis del Olmo sentó este lunes en el banquillo de los acusados al amigó que le vació, presuntamente, sus cuentas bancarias. Le reclama 14,4 millones de euros, aunque, antes de empezar el juicio, reconocía a Economía Digital que no espera recuperar «ni un duro». «Lamentablemente para mí, se lo ha malgastado todo». El célebre locutor radiofónico se ha querellado contra Rogelio Rengel, el exadministrador de sus empresas, por los presuntos delitos de apropiación indebida, falseamiento de cuentas y alzamiento de bienes. Pide para él una pena de cerca 20 años de prisión y que devuelva el dinero.
En su declaración como acusado, Rengel reconoció que se apropió del dinero de Del Olmo, sin especificar los importes, para «sufragar los desajustes entre ingresos y gastos» de Don Balón, la revista deportiva que editó hasta que transcendió este escándalo en 2011. La editora entró en concurso de acreedores y se liquidó. A una pregunta de la fiscal, Rengel dijo contar «tácitamente» con la autorización de Del Olmo, aunque «no por toda la cuantía». Aseguró que no había obtenido «ningún beneficio a título personal», que todo lo invirtió en Don Balón.
La defensa de Rengel solicitó la suspensión del juicio que se desarrollará hasta el miércoles en la Audiencia de Barcelona por los problemas médicos del acusado. Pese a sus evidentes dificultades de visión y audición, Rengel disparó con bala contra la familia Del Olmo. Aseguró que el primogénito del locutor, el abogado Luis del Olmo González, disponía de las «claves de acceso» de las cuentas bancarias, que «controlaba» la gestión de las empresas y recibía de ellas un «sueldo» de 52.000 euros netos anuales.
El locutor relató que Rengel acudía a Onda Rambla, en plena retransmisión del programa Protagonistas, para que firmara papales. Del Olmo asegura que nunca leyó lo que firmaba y que Rengel se aprovechó de ello. Incluso sospecha que se presentaba en los momentos más inoportunos, por ejemplo cuando entrevistaba al presidente de la Generalitat, para despachar los asuntos más rápido y sin que se lo mirase. Nunca supo de los problemas económicos de su entonces amigo. Cuando le preguntaba por Don Balón, Rengel le decía que funcionaba «fantásticamente» por las ventas que la revista tenía en Sudamérica.
Como administrador, Rengel solicitó un crédito al ICO, adquirió pinturas y la Agencia Tributaria practicó una inspección a las empresas. De todos esos asuntos, Del Olmo y su hijo declararon que nada supieron hasta días después que, el 30 de agosto de 2011, la exesposa y los hijos de Rengel le informaron de «toda esta película de terror».
Una familia con «aversión al riesgo»
Luis del Olmo júnior indicó que se reunía a menudo con Rengel y que los balances que le mostró no reflejaban la situación real. Uno de los últimos balances indicaba que se habían realizado inversiones por un importe de 12 millones de euros. Insistió en que la familia tiene «aversión por el riego» y que estaba convencido de que el dinero se había invertido en productos bancarios.
Según un informe pericial, Rengel desvió 14,4 millones de euros de las empresas de Luis del Olmo y su esposa: 8,9 millones de Producciones Lumar, la productora del programa Protagonistas, y otros 5,4 millones de Sociedad Profesional de Periodismo, a través de la cual el locutor cobraba sus contratos. Mario Pascual Vives, conocido por ser el defensor de Iñaki Urdangarin, ejerce en esta ocasión la acusación contra Rengel. Este declinó contestar a sus preguntas.
La familia Del Olmo también formula acusaciones contra Francisco López Ascensio, mano derecha de Rengel y exresponsable de producción de Don Balón. Rengel le exculpó al declarar que no ha tenido «ninguna intervención» en la apropiación. La fiscalía tampoco ha formulado cargos en su contra. Pide una pena de 12 años y medio de prisión para Rengel y que indemnice a la familia Del Olmo por el importe que se apropió.