Los supermercados españoles rechazan el negocio del nuevo reciclaje
Las principales cadenas de distribución se oponen a un nuevo sistema que obligue a los consumidores pagar 25 céntimos por los envases de las bebidas. Consideran que la propuesta atenta contra su modelo de negocio
Los supermercados españoles no quieren escuchar hablar de nuevos sistemas de recogidas de basuras ni de pagos de 25 céntimos por cada envase de bebidas para implantar un sistema que obliga al consumidor a devolver los envases al punto donde los compró. Se trata del sistema Retorna, una modalidad desplegada en Alemania, Noruega y algunas regiones de Estados Unidos y Australia que ha alcanzado un elevado nivel de reciclaje.
El esquema propuesto por Retorna, una asociación sin fines de lucro conformada por sindicatos y movimientos ecologistas, fija el depósito por cada botella de agua, cerveza o refrescos que sólo será devuelto cuando el envase sea llevado al punto de venta.
El esquema garantiza unos altísimos niveles de devolución (en Alemania se ha alcanzado el 98,5%) pero implica que el consumidor debe molestarse en llevar los envases vacíos al establecimiento donde los compró. Además, las cadenas de distribución deberán invertir en máquinas para recoger las latas y devolver el dinero a los consumidores.
Oposición frontal
El nuevo esquema supone una enorme inversión que no se justifica para reciclar sólo los envases de bebidas, que representan sólo el 8% de los residuos generados cada día en el país, según los distribuidores. Las cadenas de supermercados han formado un frente común de rechazo para aplicar un sistema que les obligaría a instalar máquinas que almacenen las botellas de plástico, las latas y los bricks.
Las grandes cadenas de distribución del país rechazan el nuevo esquema. Tanto la asociación de supermercados ACES (formada por Carrefour, Lidl, Eroski, Supercor y Simply) como Asedas (compuesta por Mercadona, DIA, Condis, Consum, Gadis y Grupo Miquel entre otros) consideran que el nuevo modelo sólo comportaría mayores costes y complicaciones para la logística de los locales. «Desde el punto de vista de los establecimientos, supone aceptar, verificar y custodiar dichos envases lo que lleva a un incremento de costes significativos que una vez más terminaría pagando el ciudadano», explican los portavoces de DIA.
El modelo de negocio
«No estamos dispuestos a cambiar nuestro modelo de negocio y un esquema que venimos desarrollando desde 1997 no se puede cambiar por imposición y de forma obligatoria. Muchos de los establecimientos no tienen espacio para instalar las máquinas de recogida ni para almacenar los envases usados. Además, no estén en condiciones de vender alimentos y recoger basura en el mismo espacio», agrega Ignacio García, director de la asociación de supermercados Asedas.
Las cadenas de supermercados ni siquiera quieren oír hablar de los beneficios que el nuevo sistema granjea a las cadenas en Alemania. No están dispuestos aplicar un modelo similar con el que los supermercados Rewe asegura ganar 12 millones de euros con la gestión de los envases.
Sin espacio
El sistema Retorna se financia con los envases no devueltos. Es el dinero utilizado para pagar a los establecimientos que ceden sus espacios para la instalación de las nuevas máquinas. «Es un ataque directo a la línea de flotación de nuestro modelo de negocio», explica el director de la asociación Asedas.
Hasta ahora ningún pequeño ni gran supermercado se ha mostrado favorable al sistema de devolución. Los partidos de izquierda se han mostrados favorables a un esquema de retorno, una línea con la que también comulga Podemos, el partido que lidera buena parte de las encuestas electorales. Pero la propuesta cuenta con la oposición firme del Partido Popular que concibió el sistema vigente desde 1997 en el primer gobierno de José María Aznar.