Los sueldos de la moda: Adriana Domínguez se embolsa la mitad que Marta Ortega
Tanto Adolfo Domínguez como Inditex afrontan el futuro con nueva política retributiva. La presidenta de la textil ourensana cobró 581.000 euros este 2021; su homóloga en Inditex percibirá un millón de euros en su nuevo cargo
En el ecosistema de la moda gallega sobresalen los nombres de las dos grandes herederas del sector: Adriana Domínguez y Marta Ortega, actuales presidentas de Adolfo Domínguez y del gigante Inditex. Sus trayectorias son tan distintas como sus grupos. También sus sueldos. La primera pilota la compañía ourensana fundada por su padre, el modisto que popularizó la arruga. Este miércoles presentó los resultados correspondientes a su ejercicio fiscal 2021-2022. El grupo sigue inmerso en números rojos. Aunque logró reducirlos a la mitad con respecto al año de la pandemia, cerró el pasado mes de febrero con unas pérdidas de más de nueve millones de euros. A pesar del negativo, la ejecutiva vio cómo su sueldo crecía considerablemente. Un 164%, al pasar de los 220.000 euros recibidos en 2020 (fue en mayo cuando sustituyó a su progenitor como máxima responsable de la firma) a los 581.000 del pasado ejercicio, de los que 419.000 son en metálico como presidenta y consejera delegada.
Algo más de la mitad de lo que está previsto que cobre la hija de Amancio Ortega y Flora Pérez Marcote como presidenta no ejecutiva de Inditex. Un cargo que asumió el pasado abril, coincidiendo con la marcha de Pablo Isla del grupo, y que la llevará a tener un sueldo de un millón de euros anuales: 900.000 debido a su puesto y otros 100.000 por pertenencia al consejo de administración de la matriz de Zara.
Aunque las magnitudes de las dos textiles no son comparables, ambas han atravesado recientemente un proceso sucesorio y las dos acometen una revisión de su política retributiva derivada de los cambios en su cúpula.
Ascenso en Adolfo Domínguez
A finales de mayo de 2020, Adriana Domínguez relevó a su padre como presidenta de la histórica firma ourensana, de la que era consejera delegada desde 2019. El grupo propondrá ahora a sus accionistas, en la junta general que se celebrará el mes que viene, el nombramiento de su actual director general, Antonio Puente, como consejero ejecutivo. Según indican, está previsto que, una vez pase a ocupar un asiento en el máximo órgano de dirección (que quedará conformado por siete miembros, uno más), sea designado consejero delegado de la firma.
Este movimiento, según la información remitida a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), viene acompañado de un nuevo plan de incentivos para la alta dirección del grupo. El pasado año, la junta de accionistas aprobó un plan de retribución variable a largo plazo para los años 2021 a 2023. No obstante, la posterior actualización del plan de negocio hace que el consejo de administración someta ahora a los accionistas un nuevo plan de incentivos a largo plazo que deja sin efecto el anterior y que se extenderá hasta el ejercicio 2024-2025. La intención es “aumentar proporcionalmente el número de acciones asignadas a los beneficiarios del plan y adecuar las condiciones para recibir dichas acciones, en función de las prioridades establecidas en el nuevo plan de negocio”.
De este plan, según la información remitida al supervisor bursátil, se podrán beneficiar los consejeros ejecutivos y aquellos miembros de alta dirección que sean propuestos por el consejo de administración.
Retribuciones para un ‘tándem’
El nuevo plan constará de un único ciclo, cuyo periodo de medición de objetivos tendrá una duración de 4 años, iniciándose el 1 de marzo de 2021 y finalizando el 28 de febrero de 2025. En caso de cumplimiento de los objetivos establecidos, la entrega de las acciones tendrá lugar en 2025. El número máximo de títulos de que se podrán asignar en el plan es de 294.443 acciones ordinarias de la sociedad, representativas del 3,17% del capital social.
Así, se asignarán 152.137 acciones en el caso de la presidenta y consejera delegada de la firma, Adriana Domínguez, y 93.315 en el caso del nuevo consejero ejecutivo, Antonio Puente.
El informe anual sobre remuneraciones también revela que el consejo propone otros cambios, como el hecho de que la retribución fija de la presidenta aumente de 248.000 a 271.000 euros mientras que la variable a corto plazo se reduzca de un 86 a un 70% de la fija. Por otro lado, para el nuevo consejero ejecutivo del grupo se propone un importe fijo de 230.000 euros, “una retribución variable a corto plazo del 70% de la retribución fija y una retribución variable a largo plazo anualizada de 1,84 veces el sueldo fijo”.
Los administradores de la compañía ourensana entienden que este reparto está acorde con la nueva distribución de funciones dentro de la cúpula, en la que se potencia el tándem entre Domínguez y Puente, así como las referencias de mercado en sociedades comparables.
De Marta Ortega a García Maceiras
Curiosamente, en el imperio Inditex, el ascenso de otro tándem –en este caso el formado por Marta Ortega, la nueva presidenta no ejecutiva, y Óscar García Maceiras, el consejero delegado– también entraña cambios en la política retributiva de su cúpula.
La matriz de Zara llevará a su junta de accionistas una nueva política de remuneraciones que, en realidad, no es más que una adaptación de la actual teniendo en cuenta los movimientos en la cúpula: la salida de Pablo Isla del grupo y la irrupción de una presidenta no ejecutiva y de un CEO con más atribuciones que el anterior, Carlos Crespo.
La hija de Amancio Ortega y Flora Pérez Marcote percibirá un salario de un millón de euros anuales, sin variables, mientras que García Maceiras recibirá un sueldo fijo de 2,5 millones de euros, un 66% más de lo que tenía marcado su antecesor, de 1,5 millones de euros (al margen de los pagos variables).
A esta cantidad, claro está, habrá que sumar las retribuciones variables a corto plazo que podrían ascender a un máximo de 3,75 millones, además de las aportaciones por los planes de incentivos plurianuales, tanto en metálico como en acciones.