Los sindicatos marcan el camino a Ence: su permanencia en Pontevedra pasa por el Puerto de Marín
Comisiones Obreras defiende que la adscripción de la factoría de Pontevedra a la Autoridad Portuaria de Marín blindaría su futuro en Galicia incluso en el caso de que el Supremo confirme la anulación de su prórroga
Decenas de trabajadores de la fábrica de Ence se manifiestan por el cierre de la fábrica, en Lourizán, Pontevedra, Galicia (España). Europa Press
Los sindicatos dan su receta para blindar el futuro de Ence en Pontevedra. El secretario de organización de Comisiones Obreras en la comarca de Pontevedra, José Luis García Pedrosa, ha defendido que la factoría podría adscribirse a la Autoridad Portuaria de Marín para desbloquear el laberinto jurídico en el que se encuentra tras el golpe de la Audiencia Nacional.
«Esta podría ser una alternativa para Ence incluso con una sentencia en contra del Tribunal Supremo», ha apuntado en rueda de prensa, para advertir de que «escuchar que no hay solución legal para que Ence siga en Lourizán es un auténtico insulto a la inteligencia».
En esta línea, García Pedrosa ha apelado a otros «casos similares» de diferentes industrias situadas en la ría de Vigo, señalando que «la afectación de la Ley de Costas se vio salvada con la adscripción de dichas empresas» a la Autoridad Portuaria olívica.
Media docena de recursos ante el Supremo
El sindicalista ha recordado que se trata de una alternativa que mantienen «desde hace años», pero que «formalmente no se ha planteado» en la mesa de trabajo convocada por el Ministerio para la Transición Ecológica para abordar el futuro de la fábrica de celulosa. «Consideramos que por ahora hay que esperar a que haya una sentencia firme», ha justificado. En este sentido, ha destacado que habrá «media docena» de recursos contra el fallo de la Audiencia Nacional, entre los de la propia empresa y los trabajadores, la Autoridad Portuaria de Marín, de las empresas auxiliares y del sector forestal.
«Los que piensan que esto está perdido, están equivocados», ha advertido, antes de avanzar que «la presión social y colectiva va a jugar un papel muy importante» en este proceso.
