Los ‘pinchazos’ de José Leyte con la fortuna de Sandra Ortega
Sandra Ortega aparta al histórico directivo con el grupo en récord de patrimonio gracias a Inditex y Pharma Mar, pero con Room Mate como oveja negra
Sandra Ortega ha cesado al que fuera guardián de una de las mayores fortunas de España durante 20 años, primero como mano derecha de Rosalía Mera y desde 2013, cuando falleció la cofundadora de Inditex, como primer ejecutivo del grupo heredado por la hija de la empresaria y de Amancio Ortega. José Leyte Verdejo deja su puesto con Rosp Corunna en récord de activos, 6.939 millones, y patrimonio, 6.300 millones, y tras anotarse unos beneficios de 109 millones, un 40% más, en el ejercicio cerrado en 2019.
Sin embargo, no todo fueron alegrías para un grupo cuya evolución suele ir de la mano con la de las acciones de Inditex y que se ha beneficiado del ascenso de Pharma Mar hasta el IBEX –controla un 5% de ambas compañías–. La principal sociedad inmobiliaria del holding, Ferrado Inmuebles, cerró con pérdidas de 4,5 millones y elevando notablemente su endeudamiento. La cadena hotelera Room Mate, por otra parte, continúa absorbiendo dinero de Sandra Ortega sin que se acierta a adivinar la rentabilidad de la inversión, ahora golpeada con dureza por el Covid-19.
Tres líneas de inversión y un problema
Bajo la tutela de José Leyte, la fortuna de Sandra Ortega se canaliza, en líneas generales, a través de tres vías de negocio. Por un lado, inversiones financieras en fondos de inversión, capital riesgo y depósitos estructurados. Por otro, inversiones de apoyo a empresas innovadoras o a las que Rosalía Mera o Sandra Ortega consideraron de especial interés, algunas de ellas vinculadas a los programas de respaldo de la Fundación Paideia Galiza, donde la asesora jurídica María Cotón ha relevado a Leyte como secretaria del patronato de la institución. En esta área encajarían apuestas como Denodo Technologies o Inusual Comunicación.
La tercera línea serían las inversiones inmobiliarias, donde siempre ha habido cierta rivalidad entre los ejecutivos de Rosp Corunna y los de Pontegadea. A diferencia de Amancio Ortega, que reparte sus inversiones fundamentalmente entre España, Reino Unido y EEUU; Sandra Ortega diversifica su cartera entre Alemania, Austria, Portugal, España y Estados Unidos, con el país norteamericano como principal plaza.
A este esquema no acaba de ajustarse a Room Mate, una cadena hotelera que se apoyó en Sandra Ortega para financiar su expansión internacional pero que es incapaz de salir de los números rojos.
Cuatro ejercicios en quiebra técnica
La compañía de Kike Sarasola, de hecho, ha acabado todos sus ejercicios desde al menos 2015 en situación de quiebra técnica. Las pérdidas acumuladas — 7,2 millones en 2015; 10,2 millones en 2016; 8,3 millones al año siguiente y 7,2 millones en 2018– llevaron a Rosp Corunna a inyectar capital en la cadena hotelera, bien a base de convertir deuda en préstamos participativos o bien concediendo directamente los créditos.
A cierre de 2018, Room Mate debía a la hija de Amancio Ortega 26 millones. Según informó El Confidencial, Rosp Corunna accedió a aplazar el vencimiento este año de 18 millones de deuda que la hotelera no podía devolver. Mientras tanto, Room Mate cerró el ejercicio 2018 con un patrimonio neto negativo de 49 millones y en causa de disolución, misma situación que afrontó en los tres ejercicios previos. Rosp Corunna controla un 30% del capital.
El negocio inmobiliario en pérdidas
Si los hoteles del mediático Kike Sarasola son la inversión más comprometida que manejó Leyte en los últimos años, tampoco una de las sociedades de cabecera del negocio inmobiliario tuvo un comportamiento favorable. Ferrado Inmuebles, con 761 millones en activos, cerró el pasado ejercicio con pérdidas de 4,5 millones.
Con esta sociedad, Sandra Ortega adquirió el año pasado dos edificios en Viena (Austria) y Eschborn (Alemania), donde ya había comprado en 2018 otros dos inmuebles, uno en Stuttgart y otro en Colonia. Las operaciones incrementaron notablemente la deuda de la empresa, que pasó de los 73,3 millones a largo plazo a 136,7 millones. En el corto plazo, las deudas con entidades financieras se elevaron hasta los 227,4 millones, 57 millones más que un año antes.
Aunque el grueso de las inversiones está vinculada a edificios de oficinas, hay 20,4 millones en hoteles que, presumiblemente, han sufrido un fuerte impacto por el Covid-19.