Los otros negocios navieros de Fernández Tapias en Galicia
Además de Naviera Fernández Tapias Galicia, el empresario vigués controla más de un 10% de Naviera de Galicia, capitaneada por Darío Amor
La vinculación del empresario Fernando Fernández Tapias a Galicia y al mar es indiscutible, no solo por su origen vigués ni por contar en su entramado empresarial con Naviera Fernández Tapias Galicia, sino porque también es el socio de referencia de Naviera de Galicia (Navigasa), capitaneada por Darío Amor Edreira, en la que posée un porcentaje significativo.
Según la última memoria presentada por Navigasa, correspondiente al ejercicio 2016, la participación de Fernández Tapias a través de Tanur Activos SL en el capital superaba el 10%, al igual que Sodiga, que en el último año se desprendió de 1.580 títulos.
Esta compañía, con 45 años de trayectoria y sede social en A Coruña, tiene una flota compuesta por varios mercantes destinados al transporte de contenedores, graneles y carga general, como son el Manuela E, el Mandeo, el Finita R, y el recién adquirido y renombrado Betanzos, todos ellos con base en el puerto de Santa Cruz de Tenerife. Además, Navigasa, que el pasado año generó un volumen de negocio de 6,1 millones de euros, cuenta con un quinto buque, el Cedeira, propiedad de Fernández Tapias, que explota a través de un contrato de arrendamiento operativo.
Problemas en los astilleros
Con Darío Amor las cosas le van bien, pero Fefé, inseparable vicepresidente del Real Madrid de Florentino Pérez, no puede presumir de ser profeta en su tierra. En Vigo, su ciudad natal, tuvo sus más y sus menos con el astillero Hijos de J. Barreras, al que reclamó 1,5 millones de euros tras su entrada en concurso por la contratación de un buque ecológico de apoyo a plataformas petrolíferas que nunca se llegó a construir.
No muy lejos de allí, también problemas de índole económico en Factoría Naval de Marín tiraron al traste con su proyecto de construir el Nufer II, llamado a convertirse en el yate más grande de España, con 59 metros de eslora, cinco cubiertas y un camarote para el armador de 60 metros cuadrados. Fernández Tapias suspendió a tiempo el encargo y pudo recuperar los 17 millones de euros que adelantó para su construcción.
Años más tarde, en 2015, el astillero vigués Metalships&Docks adquirió el barco a medio hacer para terminarlo y ponerlo a la venta. Hoy en día navega bajo el nombre de Maybe. Su precio de venta superó los 30 millones de euros.