Los amaños en familia de los Fernández de Sousa
El expresidente de Pescanova, Manuel Fernández de Sousa tiene a su mujer, a su hijo y a su hermano procesados por varios delitos vinculados a su gestión
La caída de Pescanova ha provocado que toda una familia, los Fernández de Sousa, desfilen ante el juez. El expresidente de la compañía, Manuel Fernandez de Sousa Faro, es el primer nombre de una lista de 16 investigados por la presunta comisión de delitos de estafa, falsedad documental y uso de información privilegiada durante su gestión al frente de la multinacional hasta su quiebra, en la que también figuran su mujer, Rosario Andrade, y su hijo, Pablo Fernández Andrade.
Este último, al que el magistrado José de la Mata atribuye los delitos de falseamiento de cuentas, falseamiento de información económica y financiera y delito de estafa, ha visto frustradas este martes sus aspiraciones de detener el proceso, ya que la Audiencia Nacional ha desestimado el recurso que presentó junto a otros tres ex directivos de la compañía.
Padre e hijo están detrás del maquillaje de la contabilidad de Pescanova de 2009 a 2011, una operación que intentaron extender a 2012, pero que, por la negativa de la auditora a firmarlas, provocó finalmente el estallido de la crisis.
La economía doméstica
Mientras eso ocurría en la empresa, Rosario Andrade, la mujer del expresidente de Pescanova, se encargaba de gestionar la economía doméstica y velar por la tranquilidad financiera de la familia, Según consta en el auto de procesamiento, en el que se le investiga por un presunto delito de alzamiento de bienes o blanqueo de capitales, había intentado sacar del país a través de una sucursal de Valença (Portugal) más de 4 millones de euros a los pocos días de conocerse la admisión a trámite de las querellas que dieron origen a la causa.
Su nombre también aparece, junto al de sus hijos Pablo e Ignacio, en una pieza separada que ordenó abrir De la Mata por unas cuentas en Andorra, con más de tres millones de euros que supuestamente ocultaron al fisco entre 2009 y 2012, y que los investigados argumentaron en su día que procedían del negocio ecuestre, concretamente de la cría y venta de caballos de salto, así como de los premios obtenidos en diversas competiciones por los hijos del empresario.
Cisma fraternal
Pero estos no son los únicos familiares del expresidente que figuran en el listado de investigados. También está su hermano menor, Fernando Fernández de Sousa, quien reconoció en los interrogatorios practicados durante la fase de instrucción que él y su hermano Manuel “estaban distanciados” después de que éste incumpliese un acuerdo de compra de acciones de Sodeco, una de las empresas en las que participaban.
Otro de sus hermanos, José María, presidente de Pharmamar, no se ha visto salpicado por esta investigación, en parte gracias a que las diferencias con su hermano, en las que rompieron todo vínculo empresarial, se remontan a la década de los 90. Fue en esa época cuando Pescanova salió de la farmacéutica Zeltia –actual Pharmamar–, en la que controlaba el 7,5% del capital y decidió excluir del consejo a José María. La reacción por parte del presidente de Zeltia no se hizo esperar. Apenas unas semanas más tarde se desprendió del 3,9% que declaraba en la pesquera.