Los grandes fabricantes se asfixian con la marca blanca pero seguirán produciéndola
Gallo, Don Simón, Panrico y Nestlé bajan su facturación por los productos de bajo coste que ellos también fabrican
Son sus propios verdugos. Los grandes fabricantes viven cada día más ahogados por la dura competencia de la marca blanca que les ha generado una reducción de facturación y que les obliga a despedir trabajadores, aplazar deuda y cerrar fábricas. Algunos de ellos critican abiertamente los productos de marca blanca por ser –según dicen– de menor calidad, pero en sus plantas, silenciosamente, fabrican para DIA, Carrefour, Eroski y Mercadona, que les están comiendo mercado y restando competitividad.
Pastas Gallo es uno de los ejemplos más claros. La compañía, con el 37% del mercado en pastas secas, ha anunciado el cierre de la fábrica de Esparraguera (Barcelona) que dejará sin trabajo a medio centenar de trabajadores. Gallo ha justificado la medida por la caída de ventas y el crecimiento de las marcas blancas.
Pero sus otras dos plantas en Granollers y Córdoba fabrican desde hace casi una década pastas de marca blanca, producida con sémola B, más barata y de peor calidad. Fueron proveedores de Mercadona, pero luego extinguieron el contrato (se quejaron de condiciones leoninas) y ahora fabrican para Carrefour, DIA y Eroski. La empresa ha descartado salir del negocio de la marca del distribuidor.
El caso de Nestlé
Nestlé es, tal vez, la marca de alimentación con más prestigio internacional. La calidad de sus productos es incuestionable pero, a pesar de su gran variedad y su constante innovación, facturó el año pasado un 1,5% menos en España. La compañía también atribuye el mal dato a la caída del consumo y al auge de las marcas blancas.
Nestlé, férrea defensora de las marcas, compite fuerte en una gran gama de productos pero hay uno donde es particularmente débil: los yogures. Precisamente en ese campo, la empresa, con el 40% de las acciones, dispone de una filial, Lactatis. La compañía vende natillas, yogures griegos y formato ‘petit’ para DIA y postres lácteos para Carrefour. Cuenta con un departamento encargado del negocio emergente: marcas blancas.
Panrico, Bimbo y Don Simón
Además del donut empaquetado, que la llevó a la ruina, Panrico también ha sido perjudicada por las malas operaciones financieras y por la competencia de las marcas blancas. El sufrimiento ocasionado por los productos de bajo coste no le impidió zambullirse en un negocio en el que participa con el pan de molde de Eroski. Otra empresa de primera marca, Bimbo, que fue revivida por un grupo mexicano cuando estaba moribunda, fabrica el pan de DIA.
El fabricante García Carrión, conocido por el zumo Don Simón, se vio en la obligación de reestructurar su deuda de 230 millones con los bancos al no poder frente a sus obligaciones financieras. La empresa explicó al Banco Santander que la bajada del consumo y de los márgenes le impedía hacer frente a los compromisos que había asumido. Don Simón también exprime el mercado de la marca blanca al vender zumo de naranja a DIA.
Mahou, la excepción
La cervecera Mahou es uno de los pocos fabricantes que incursionó en el apetitoso negocio de la marca blanca (hacía la cerveza de El Corte Inglés) pero huyó de él hace unos meses. Optó ganar más clientes a costa de bajar precios y desde entonces mantiene un beneficio muy superior al de de sus competidores.