Los Freire, la fortuna gallega que no sale en Forbes, saca a Megasa del Covid sin ERTE ni ICO
Con una cifra de negocios que roza los 1.276 millones y jugosos dividendos repartidos cada año, a los Freire Arteta les ha hecho mucho más daño la crisis eléctrica que la pandemia
Galicia esconde más empresarios millonarios de los que figuran en la lista Forbes de grandes fortunas. Basta mirar a Narón, la cuna del imperio siderúrgico Megasa. Sus dueños, los Freire Arteta aparecieron en el prestigioso índice hasta 2016, ejercicio en el que se les atribuía una fortuna que rondaba los 1.100 millones de patrimonio. Los discretos empresarios (no hay fotos ni declaraciones públicas de los mismos) desaparecieron en 2017, debido a un cambio metodológico en el ranking, que comenzó a analizar la riqueza individual, desagregada de la familia, a través de sus sociedades patrimoniales. No obstante, las cuentas depositadas en el Registro Mercantil dan una idea de la envergadura de una fortuna que ha logrado superar sin grandes vaivenes la pandemia del Covid pero que, ahora, se ve aquejada por los altos precios energéticos.
Precisamente por eso, en las últimas semanas, los Freire acometieron un drástico cambio en la factoría de Ferrolterra, que suma unos 130 empleados. Con el objetivo de esquivar los altos precios eléctricos, la dirección determinó limitar las horas de producción a aquellas en las que la energía es más barata: básicamente de noche, los fines de semana y los festivos. La medida, aún así, no ha ido acompañada de ninguna reducción a nivel laboral.
Patrimonio de casi 1.000 millones
Lo cierto es que ni siquiera la pandemia activó un expediente de regulación de empleo en el grupo siderúrgico. Al menos, así se destaca en la cuentas consolidadas de Bipadosa, el holding de los Freire Artera a través del que gestionan un negocio siderúrgico que cuenta con plantas en Galicia, Zaragoza y Portugal, además de un centro de reciclaje en Valencia.
Con un patrimonio neto de 955 millones de euros y una cifra de negocio de 1.276 millones de euros, un 6,7% menos que en 2019, las cuentas consolidadas de Bipadosa correspondientes al ejercicio 2020, recientemente depositadas ante el Registro Mercantil, indican que el holding cerró el año del Covid con un resultado de 23,4 millones de euros, un 51% menos que los 48,2 millones de la prepandemia. El beneficio de explotación, el propio de la actividad de la compañía, fue de 46,3 millones de euros.
Para hacer una lectura correcta de los números de Bipadosa hay que tener en cuenta que, tal y como apuntan sus administradores en su informe de gestión consolidado, para “continuar con el proceso de reestructuración societaria del grupo iniciado en ejercicios anteriores”, durante 2020 se produjo la salida del perímetro de consolidación de la sociedad inmobiliaria Proinmega, a fin de “separar los activos no vinculados directamente a la actividad principal”. El consejo de administración de Bipadosa acordó entregar a los socios dichos activos mediante el reparto de un dividendo a cuenta, valorado en 41,2 millones de euros, a abonar “en especie”, es decir, con participaciones de la citada filial. “De esta forma, toda la dirección puede focalizar su atención en la gestión del negocio del acero”, añaden.
Ni ERTE ni créditos ICO
En línea con lo que destacan fuentes de la plantilla, la memoria de la compañía relativa a 2020 explicita que, a lo largo del ejercicio de la pandemia “las sociedades del grupo mantuvieron su actividad durante todo el ejercicio, salvo las dos semanas de cierre total en España, habiendo mantenido igualmente el nivel de empleo y sin haber recurrido a expedientes de regulación temporal de empleo o herramientas similares”. La situación financiera del imperio de los Freire Arteta tampoco resultó especialmente impactada, advierten. De hecho, al contrario que muchas otras compañías, tampoco “formalizó créditos ICO durante el ejercicio”.
“A pesar del complicado escenario provocado por la pandemia, el grupo continuó el proceso de modernización de las instalaciones y su optimización”, destacan los gestores de la compañía, que apuntan a una inversión de 62 millones de euros el pasado año.
El desafío eléctrico
Con una plantilla que se mantuvo prácticamente invariable, con 1.264 empleados al acabar el año pasado, los administradores del grupo metalúrgico ya advertían en sus previsiones de la situación del sector energético. “La incertidumbre sobre la evolución de la pandemia y sobre las consecuencias que pueda tener sobre la economía dificultan la evaluación del impacto que puede tener sobre el grupo”, apuntaban, para indicar que, al margen de la duración de la misma y de los programas de estímulos económicos aprobados, en el ejercicio 2021 continúan “los desafíos específicos que ya existían y entre los que cabe destacar las consecuencias del proceso de salida del Reino Unido de la UE, las alteraciones en el sector energético y todo el proceso que resulta del compromiso de descarbonización de la economía”.
A pesar del impacto de los precios eléctricos y del cambio de horario en producción (Megasa es una de las grandes hiperconsumidoras gallegas), según fuentes de la plantilla, las previsiones del grupo pasarían por volver a cerrar el actual ejercicio en positivo.
Filiales
El pasado año, Megasa Siderúrgica, la sociedad que controla la fábrica de Narón, acabó con un beneficio de 3,2 millones, multiplicando por cinco el resultado de 538.000 euros de 2019. Metalúrgica Galaica, filial comercializadora que también opera desde Galicia, registró unas ganancias de 5,3 millones, frente a los 4,7 millones anteriores.
Megasider, la factoría zaragozana, logró salir de números rojos: de un negativo de un millón de euros, pasó a un beneficio de 3,5 millones.