Los fondos preparan un vuelco en la cúpula de la dueña de Celsa Atlantic para blindar su actividad
Los fondos acreedores de Celsa, que se han convertido en propietarios tras la capitalización de 1.350 millones de deuda, prometen mantener la actividad en España y rechazan acudir a la puerta de la SEPI
Los fondos acreedores de Celsa esbozan las líneas maestras de su plan después de conocerse la sentencia difundida este lunes por el juzgado mercantil número 2 de Barcelona en la que les concede «el 100% del capital de la empresa mediante la capitalización de 1.352 millones de deuda convertible y de parte de la deuda».
A través de un comunicado, los fondos aseguran que son los «nuevos propietarios» de Celsa y recuerdan que, en virtud del plan de reestructuración, los vencimientos de la deuda restante del grupo se extenderán cinco años. Este grupo de fondos, formados por Deutsche Bank, SVP, Cross Ocean, Anchorage, Golden Tree, Attestor, Goldman Sachs, Sculptor y Capital Group, se han referido así a la decisión del juez de homologar el plan de reestructuración propuesto por los acreedores de Celsa, que sustituirán así a la familia Rubiralta en el accionariado.
Continuidad en España
Por otra parte, los hasta ahora acreedores ratifican su «compromiso» con el mantenimiento de las operaciones de la empresa en España, en donde el grupo opera a través de filiales como Celsa Atlantic, que cuenta con planta en el concello coruñés de A Laracha. Asimismo, reiteran su intención de nombrar a un «nuevo consejo de administración integrado por perfiles muy respetados y de categoría mundial que ayudará a maximizar el potencial de la empresa», tal como dijeron en el juicio del pasado julio.
«Algunas de las prioridades clave del nuevo consejo serán mejorar la gestión operativa de Celsa para convertirla en un líder europeo del sector, salvaguardar los puestos de trabajo y garantizar una sólida gestión financiera», añaden los fondos
Portazo a la SEPI
El comunicado de los nuevos propietarios, que sustituirán en la propiedad a la familia Rubiralta, subraya que su plan «es una solución privada totalmente financiada que no requiere capital público de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), con el consiguiente ahorro para el Estado español y los contribuyentes», remarcan.
«El siguiente paso para los nuevos propietarios de Celsa será trabajar estrechamente con todas las partes interesadas para garantizar que el proceso de implementación del plan se lleve a cabo de la mejor manera posible para todos los implicados, reconociendo la naturaleza estratégica de la empresa y su importancia para la economía española», añaden los fondos.
Los fondos resaltan en comunicado que representan a «instituciones financieras de prestigio internacional con acceso a capital, una amplia experiencia de gestión en empresas europeas y un horizonte de inversión a largo plazo».
«El plan reduce los niveles de endeudamiento por debajo de los propuestos anteriormente por la empresa, mejorando así la viabilidad del grupo. Esto permitirá al grupo centrarse en su gestión operativa en un momento muy delicado del ciclo económico. La decisión también refuerza el balance y sitúa a Celsa en una posición solvente, proporcionando seguridad a los empleados de la empresa», subrayan los nuevos propietarios.
Asimismo, los nuevos accionistas de Celsa añaden también que según el plan de reestructuración «los bancos titulares de la deuda de capital circulante apoyarán la financiación del capital circulante y el día a día de la empresa».
En la sentencia, el magistrado Álvaro Lobato acuerda la homologación del plan de reestructuración al entender que reúne los requisitos legales para llevarse a cabo, ya que, en su opinión, el importe de la deuda en manos de los fondos supera el valor de la compañía.