Los españoles vuelven a construir piscinas como al inicio de la crisis
Fluidra, la multinacional catalana dedicada al tratamiento de aguas, que vio caer las ventas en España un 46% entre 2007 y 2013, confía en que aumenten cerca del 20% al cierre del presente ejercicio
Los españoles vuelven a construir piscinas. Un gasto del que se puede prescindir en tiempos de crisis, pero que, si las finanzas marchan bien, se suele acometer. Y parece que, al menos para este negocio, la crisis ha quedado atrás.
Las cifras todavía están lejos de las que se registraban en 2007, en el último año antes de la crisis, pero el crecimiento de ventas que en 2015 viene registrando Fluidra en España –la multinacional catalana cotizada que aglutina el 30% del mercado de construcción y mantenimiento de piscinas– parecen corroborar el cambio de tendencia que permita aumentar el actual ratio de una piscina por cada 37 habitantes.
Cuatro familias catalanas
Si el año pasado, tras el nefasto 2013, el sector creció gracias a las 16.000 nuevas piscinas construidas, el presente ejercicio se estima que se construyan 18.000, y los Planes, Corbera, Serra y Garrigós –las cuatro familias que hace casi medio siglo fundaron Astral Construcciones Metálicas, el germen de la actual Fluidra– ya lo están empezando a notar.
No es para tirar cohetes. Las ventas de la multinacional en España en 2015 todavía quedarán lejos de los casi 230 millones que se facturaron en 2007, pero ya están muy por encima del volumen de negocio de apenas 120 millones de euros registrado en 2013.
España aporta otra vez el 25% de las ventas
Al final, a la vista de la evolución registrada entre enero y septiembre, serán unos 160 millones de euros los que se facturen, aproximadamente el 25% del total, según la previsión recogida en el plan estratégico que acaban de presentar.
Con este panorama, los responsables de la multinacional presidida por Joan Planes, dedicada al desarrollo de aplicaciones para el uso sostenible del agua, andan esta semana de road show por media Europa presentando a los inversores las líneas maestras de este plan. Que pasarían por elevar la facturación desde los cerca de 650 millones de 2015 a 750 millones en 2018, lo que permitiría elevar el ebitda de 70 a 100 millones y llevar el beneficio neto hasta los 30 millones de euros.
Acción concertada con el Sabadell
Inversores, extranjeros y españoles, que ya entre 2013 y 2014 han respaldado a pies juntillas a la multinacional catalana, como también lo hace el Banco Sabadell desde 2007 formando parte de la acción concertada que, junto a las sociedades de las cuatro familias fundadoras (Dispur, Edrem, Boyser y Aniol), aglutina el 40% del capital. Además de la acción concertada, recientemente renovada, las cuatro familias se reparten casi un 15% adicional.
Entre esos nuevos inversores figuran dos fondos del Banco Santander, que superan el 6,4% del capital, QMC II Iberian Capital con casi el 8% y Amber Capital, el fondo oportunista británico que tomó en julio de 2014 una participación del 3,1%. Manuel Puig, vicepresidente de la multinacional de la moda y la belleza Puig, atesora un 5%.
Desde el punto de vista financiero, el grupo vio aliviado su futuro el pasado mes de febrero, cuando aprovechó la situación de los mercados para firmar un nuevo préstamo sindicado de 210 millones de euros, llevando casi todo su vencimiento a 2019 y disponiendo así de flujo de caja libre para los próximos años.
Apuntalar Piscinas y Wellness
Ese plan estratégico, que Eloi Planes, el consejero delegado de Fluidra, y otros altos están presentando esta semana por las principales europeas, incide en apuntalar el negocio de Piscinas y Wellness, el que aporta el 70% de las ventas del grupo. Y hacerlo tanto en piscina residencial como comercial. En este caso, ampliando la oferta con servicios de diseño, ingeniería y gestión en la realización de proyectos acuáticos.
Además de la buena evolución del negocio de Piscina, la actividad residencial también está propiciando un incremento notable en el sector de Tratamiento de Agua. En cambio, los negocios de Riesgo y Conducción de Fluidos presentan un peor comportamiento. Solo puntual en el primer caso, debido a la desinversión acometida en 2014 en Francia y, de mayor calado, en lo que a conducción de fluidos respecta, asociado a la incertidumbre que genera el entorno macroeconómico en China.