Los dueños de Kern Pharma regresaron a beneficios millonarios en pleno desembarco en Monforte
Grupo Indukern se anotó en 2021, año en el que vendió su negocio químico para centrarse en su filiales de salud humana y animal, un beneficio consolidado de más de 27 millones de euros
El pasado año, José Luis Díaz-Varela, el presidente de Grupo Indukern, volvió a sus orígenes. Con 85 años y tras marcharse de Monforte a los 7, anunció el regreso a su tierra natal con el proyecto de una planta de productos inyectables con un presupuesto de casi 60 millones de euros, 30 en su fase inicial. Tanto el ayuntamiento lucense, impulsor de la iniciativa, como la Xunta de Galicia, destacaron el valor de la misma, que generará unos 60 puestos directos de trabajo. Con la pretensión de favorecer los tiempos de tramitación, este jueves, el Gobierno autonómico declaró “iniciativa empresarial prioritaria” la factoría. El presidente, Alfonso Rueda, destacó que con ella la comunidad se consolidará “como referente en biotecnología”.
La apuesta de Grupo Indukern es ambiciosa. Su planta gallega, la primera en la comunidad, tendrá capacidad para producir 50 millones de unidades de ampollas y hará que la división farmacéutica de su conglomerado, Kern Pharma, triplique su capacidad de producción y “crezca en el mercado de los medicamentos éticos y genéricos, tanto a nivel nacional como internacional”. Esta inversión forma parte de su estrategia de crecimiento: en 2021, la compañía de Díaz-Varela apostó por una desinversión para encarar una nueva etapa. La familia propietaria vendió su negocio químico, bajo la marca Indukern, a la luxemburguesa Ravago Group, una operación que se sumó a la venta, dos años antes, del área de química industrial a la alemana Stockmeier. La firma de origen catalán indicó entonces que su objetivo era centrarse en el negocio de salud humana, que pilota desde Kern Pharma, y animal, bajo el paraguas de la filial Calier.
Beneficio de 27 millones
La operación no le salió mal ya que las cuentas relativas al ejercicio 2021, recientemente depositadas ante el Registro Mercantil, vienen a confirmar que ese año – en el que ya comenzaba a gestarse el proyecto monfortino– el grupo recuperó los beneficios millonarios.
Consultadas por Economía Digital Galicia, sus cuentas consolidadas indican que Grupo Indukern finalizó el año 2021 marcando 364 millones de euros de facturación, levemente por encima de la marca de 2020 si se excluye el negocio vendido. Con un patrimonio neto de 187 millones de euros y unos activos de 426 millones, a pesar de que el resultado de explotación (el propio de la actividad de la compañía) se anotó un negativo de 13 millones de euros, la cuenta de resultados del grupo arrojó un beneficio neto consolidado de 27,4 millones de euros frente a las pérdidas comparables de 4,5 millones de 2020.
Venta del negocio químico
Explican los administradores de la compañía en su informe de gestión que en junio de 2021, el grupo enajenó el 100% de las participaciones sociales que ostentaba sobre el capital social de la filial química Indukern SA a Ravago Chemicals. Por esta operación, la compañía “registró un beneficio de 41,3 millones de euros”. Además, en los acuerdos de venta se pactó un complemento en función de si se cumplían unos objetivos de Ebitda en los ejercicios 2021 y 2022.
Con esta desinversión, el grupo de la familia Díaz-Varela acomete ahora su apuesta gallega en una situación mucho más desahogada. No solo ha vuelto a beneficios, sino que, en el marco de la operación de venta, “el grupo, a través de sus dependientes Kern Pharma y Laboratorios Calier, amortizó de forma anticipada aproximadamente 27,4 millones de euros de deuda sindicada que mantenía suscrita con diversas entidades financieras” y refinanció el endeudamiento pendiente.