Los directivos de Sinopec se juegan literalmente el cuello contra Repsol
El gobierno chino, que ya condenó a muerte a un dirigente de la petrolera por corrupto, pide responsabilidades por los proyectos fallidos en el Mar del Norte en su alianza con Talisman
Los 5.000 millones de euros (5.550 millones dólares) de indemnización solicitados por la petrolera china Sinopec a Repsol, por las supuestas pérdidas cosechadas por su filial Talisman Sinopec Energy UK (TSEUK), han cogido un tanto por sorpresa a la multinacional española.
No obstante, en el hecho relevante remitido este viernes a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), en el que reconocen la interposición de la demanda ante un tribunal arbitral de Singapur, la petrolera española apunta a que se trata de una demanda sin fundamento, motivada exclusivamente por «una acción defensiva por parte de quienes en su día adoptaron una decisión de inversión en el Reino Unido que no ha dado los resultados por ellos esperados».
En el fondo, se trata de una reacción de los dirigentes de Sinopec ante las presiones ejercidas por el gobierno chino –propietario de la petrolera–, que esperaba obtener unos rendimientos por la inversión de 1.500 millones de dólares acometida en la explotación de yacimientos en el Mar del Norte, y que, como consecuencia de la crisis energética y la bruta bajada del precio del crudo, nunca llegaron.
Un año de litigio
El litigio se arrastra desde hace tiempo. No es nuevo. Se remonta a hace un año, cuando la compra de la canadiense Talisman por parte de Repsol llevaba también aparejada la adquisición del 51% de TSEUK, valorado por la petrolera española, según Sinopec, con un descuento del 60% sobre el precio que los chinos tenían contemplado.
Razón por la que, en julio de 2015, presentaban el arbitraje. En ese momento, sin cuantificar el monto de la indemnización, que ahora sí han hecho.
La demanda de Sinopec se producía de manera simultánea a la llegada de nuevos gestores a la petrolera china y el inicio de revisión de las cuentas llevadas cabo por los antiguos responsables, que habían invertido 30.000 millones de dólares entre 2009 y 2013.
El relevo en la cúpula de la petrolera pública se enmarca dentro del proceso que, en 2013, inició el entonces presidente chino, Xi Xinping, de cara a luchar contra la corrupción dentro del Partido Comunista y, también en las empresas públicas y privadas. Una purga que, en estos tres años, se ha saldado con decenas de detenciones y condenas a altos cargos.
Ex presidente de Sinopec, en el punto de mira
En este sentido, Wang Tianpu, presidente de Sinopec entre 2011 y 2013, ha sido investigado por «serias violaciones de la ley y de la disciplina del Partido» según la Comisión Central de Inspección y Disciplina del Partido Comunista chino (PCCh), el organismo encargado de combatir la corrupción.
Se llegó a la conclusión de que Wang, aprovechándose de su posición, aceptó dinero y buscó beneficios para los negocios de sus familiares. En 2014, Tianpu, junto a otros directivos, fueron sancionados por la explosión de un oleoducto en la ciudad costera de Qingdao que provocó la muerte de 62 personas e hirió a otras 136 en noviembre de 2013.
Ramificaciones en Galicia
Su antecesor, Su Shulin, que tras pasar por Sinopec fue nombrado gobernador de la provincia de Fujian, fue investigado en 2015 por corrupción. Sulin fue uno de los apoyos claves de otro empresario chino detenido por corrupción, Sam Pa.
Un empresario muy conocido en Galicia tras su entrada en los astilleros vigueses en mayo de 2015, ya que China Sonangol International, a través de su filial CS Europe Investment, posee el 60% de los astilleros MetalShips & Docks y Rodman Lusitania.
Sulin y Pa se conocen desde hace décadas y ambos estarían supuestamente involucrados en operaciones fraudulentas para garantizar el suministro de hidrocarburos a China. En concreto, con la explotación de varios bloques petroleros en las costas de Angola.
Enriquecimiento y condena a muerte
También fue detenido e investigado en 2015 Zhang Yaocang, director general de Sinopec, por el enriquecimiento ilícito relacionado con inversiones y proyectos de la petrolera en el extranjero. Lo mismo que Xue Wandong, otro directivo que en 2014 fue interrogado.
No obstante, el caso más sonado por su trascendencia, ya que acabó con la condena a muerte del implicado en 2009, fue el de Chen Tonghai, director adjunto de Sinopec en 1998 y director general entre 2003 y 2007. En junio de ese año renunció oficialmente por razones personales pero, unos meses después, las autoridades confirmaban que había sido detenido por corrupción.