Los conductores de autobuses salen a la calle en vísperas de la huelga: «El sector está patas arriba»
Representantes del sector se han manifestado este martes en Santiago de Compostela antes de las jornadas de paros convocadas para el jueves y el viernes
Los trabajadores del sector de transporte de viajeros vuelven a echarse a la calle para advertir de una nueva huelga. Empleados de este colectivo han emplazado a la patronal a negociar subidas salariales y mejoras en el servicio o, de lo contrario, se celebrarán dos nuevas jornadas de paros este jueves y el viernes.
«El sector está patas arriba», han denunciado los portavoces de CIG, Xosé Pastoriza; UGT, Miguel Campos; y Comisiones Obreras (CCOO), Raúl Rodríguez, al inicio de la manifestación celebrada en la mañana de este martes en Santiago de Compostela, que ha servido de antesala para la doble jornada de paros en el sector con las que las tres principales organizaciones sindicales pretenden paralizar el transporte de viajeros por carretera a las puertas del puente del 1 de mayo.
Antes, los representantes de los trabajadores y la patronal están llamados a participar en un encuentro organizado en el Consello Galego de Relacións Laborais este miércoles que pretende acercar posturas para desencallar un conflicto que ya llevó a un día de huelga el pasado 31 de marzo que contó con un seguimiento «masivo» de entre el 90 y el 100%, según los convocantes.
Los motivos de la disputa
Desde entonces, los sindicatos censuran la falta de movimientos por parte de la patronal y la ausencia de un papel activo por parte del Gobierno gallego, del que dependen «el 90%» de las líneas englobadas bajo los convenios provinciales que CIG, UGT y CCOO piden revisar para acompasar los salarios al incremento del IPC.
«Las cosas no cambiaron. Hay una propuesta irrisoria de la patronal y ningún movimiento desde la última huelga», ha aseverado el responsable de Transportes de la CIG, Xesús Pastoriza, que espera que el encuentro de este miércoles sirva para avanzar en el desbloqueo de la situación pero no para paralizar la huelga de esta semana. «Tiene que ser una oferta muy grande para poder ir a una suspensión», ha apostillado antes de situar en «el 99%» la continuidad de los paros.
Por su parte, el responsable de carreteras de UGT-Galicia, Miguel Campos, ha destacado que los trabajadores llevan «dos años esperando que se negocie» un nuevo convenio en el que «se tenga en cuenta» la situación de un sector «precarizado». «La falta de conductores viene de eso, de la precarización absoluta», ha remarcado el responsable de UGT, que ha advertido que la situación «cada año es peor» por la evolución alcista de los precios.
También ponen el foco en la situación de una flota de autobuses «envejecida» y «desfasada», lo que repercute en la seguridad de chóferes y usuarios. «Echamos en falta la implicación en ese sentido, que se cumplan los pliegos y que los coches con los que se trabaja estén en condiciones, para trabajadores y para usuarios», ha apuntado
el coordinador de carreteras y transporte de CCOO en Galicia, Raúl Rodríguez, al inicio de una marcha que ha partido de la estación de autobuses para culminar a las puertas del Parlamento de Galicia.
Los sindicatos apuntan a las condiciones de los contratos de prestación de las líneas como motivo que está detrás del empeoramiento de las condiciones salariales de conductores y trabajadores, puesto que, según sostienen, las empresas de transporte presentan ofertas «deficitarias, incluso por debajo del precio de salida».
«De algún lado tienen que sacar el beneficio empresarial. Y lo que hacen es devaluar las condiciones salariales», ha explicado Pastoriza, que ha calificado de «disculpas de mal pagador» las justificaciones de la patronal de que es «imposible» ligar los contratos al IPC «porque lo prohíbe la normativa».
Así, ha aseverado que el sector «pasó un mal momento» en el año 2020 por los efectos de la pandemia que ya está superado. «Ahora está trabajando a tope, los discrecionales salen a todas horas», ha añadido el responsable de la CIG, que ha censurado que, mientras todo esto ocurre, la Xunta se mantiene «de perfil» ante el conflicto de unas líneas que «en su mayoría» dependen de la Administración autonómica.
El sector pone deberes a la Xunta
En paralelo, los sindicatos inciden en que la Xunta es «una pata muy importante de esta problemática» pues de ella dependen licitaciones públicas de movilidad y educación.
«Nuestras reivindicaciones son hacia las empresas, pero la Xunta es parte de esto», ha aseverado Pastoriza antes de aseverar que el sector está «patas arriba». En esta línea, ha apuntado a la existencia de plataformas ciudadanas que reclaman sus derechos a la movilidad, algo que también ha despertado acciones de unidad entre alcaldes -«incluso alguno del PP»- y de anpas o trabajadores. «Estamos en el peor momento que vivió nunca este sector. La Xunta no puede mirar a otro lado», ha concluido.