Leche Río exprime los márgenes y logra beneficios récord
Grupo Leche Río cambia de auditor, que valida las cuentas de 2017, y gana más de 7 millones pese a una ligera caída de las ventas
Ganar más ingresando menos. La fórmula la tiene Jesús Lence, propietario del primer grupo lácteo gallego, Leche Río. La clave, los márgenes, en un proceso que culmina con una reestructuración iniciada en 2013, en pleno batacazo de precios en el sector lácteo gallego.
Grupo Leche Río, la sociedad cabecera del empresario en cuanto a producción y comercialización, ajustó sus márgenes el año pasado y continuó con recortes de personal, aunque las bajas en la firma fueron solamente de unos doce empleados, según consta en sus cuentas anuales. La compañía, que es el líder del sector, logró un beneficio neto, después de impuestos, de 7,1 millones en 2017, ligeramente por encima del resultado obtenido en el ejercicio precedente, que había arrojado un saldo de 6,8 millones. En 2015 Leche Río había ganado 4,6 millones, poniendo fin a varios años de pérdidas.
Control de costes
La facturación conjunta de Leche Río, a pesar de haber disminuido un 0,9% con respecto al año anterior (fueron cerca de 1,1 millones menos de negocio), ha aportado un mayor margen bruto de explotación al grupo, lo que explica el beneficio alcanzado. Así lo detalla en su memoria la empresa de Lence. El control de costes, es decir, de precios en el producto terminado y las compras que realiza ayudan a entender este resultado.
La compañía del empresario lucense logró una cifra de negocio de 126,7 millones en 2017, frente a los 127,9 millones del año anterior. Ahí está la ligera caída. Pese a ello, abrió sus ventas al mercado europeo, donde duplicó negocio. Río puso fin a años convulsos en 2017, pero no solamente en cuanto a su negocio.
Líos con los auditores
La compañía ha cambiado de auditor, año tras año, durante los últimos tres ejercicios. Va por el tercero desde 2015. Y el actual, el economista Alberto Leiro, sí ha aprobado sin salvedades las cuentas presentadas por Lence, frente a las tachas del anterior, Antonio Saavedra Vázquez, que había criticado con dureza los incumplimientos en cuanto a aplicación de normas contables por parte del grupo lácteo.
Entre uno y otro año hay un aspecto sobresaliente en el balance de la compañía de Lence Ferreiro. Su patrimonio neto ha registrado una fuerte caída, desde los 120 millones a los 71,4 millones de euros, en gran medida por la caída de las reservas no estatutarias. ¿Por qué?
La valoración de las rutas
Lence procedió a desactivar las conocidas como rutas de leche, por importe de 45 millones de euros, y la marca Río, por otros 9 millones, contra las reservas de revalorización no distribuibles. Este aspecto había sido criticado por el anterior auditor. «Con independencia de que, a merced de estudios realizados por el de administración de la sociedad y por comparación con operaciones similares de transacciones realizadas en empresas del sector se pueden estimar como razonables tales valoraciones, éstas no pueden lucir en el activo del balance, por normativa contable, al no haber sido adquiridas mediante una operación onerosa». Lence ha hecho caso al auditor que tumbó sus cuentas, las de 2016.