Guerra abierta entre Lactalis Puleva y la segunda mayor cooperativa de ganaderos de Andalucía
Alba Ganaderos acusa a la multinacional francesa de utilizar un modelo de coacción y presión sobre las granjas, después de que Lactalis señalara que su protesta fue una "teatralización" para forzar la ruptura e irse con Covap
La ruptura entre Lactalis, el mayor operador lácteo del mercado español, y la cooperativa de ganaderos Alba ha dado paso a un cruce de reproches, de tono especialmente elevado en el caso de las explotaciones, que acusan a la multinacional francesa de emplear un modelo de imposición y presión sobre las granjas.
La compañía, la que más leche recoge en Galicia, llevaba dos décadas trabajando con la cooperativa de origen granadino, que es la segunda de mayor tamaño de Andalucía. Sin embargo, los ganaderos decidieron rechazar el nuevo contrato propuesto por Lactalis y que suponía una rebaja de nueve céntimos respecto al anterior.
El desencuentro llevó a la cooperativa a acelerar su alianza con Covap, cuyos cimientos se asentaron a principios de año. El proveedor de Mercadona se encargará de recoger la leche de Alba y transformarla para su distribución.
El consejero delegado de Lactalis, Ignacio Elola, dijo en declaraciones a Granada Hoy que los ganaderos se iban con Covap por el mismo precio que ofrecía su grupo, lo que a su entender demostraba la «teatralización» del conflicto por parte de la cooperativa cuando ya había decidido aliarse con Covap. «Alba no aceptaba nuestros precios la semana pasada pero sí acepta los mismos que le ofrecíamos nosotros con otra cooperativa», dijo el directivo.
Imposición de precios abusivos
Alba reaccionó con contundencia a estas afirmaciones, que tildó de «calumnias» y «mentiras». Incluso convocó una comparecencia en una de sus granjas el próximo miércoles para aclarar lo sucedido en la negociación con Lactalis Puleva, que tiene su fábrica en Granada, y el acuerdo con Covap, que ven como «una nueva andadura, ilusionante y de futuro».
Contrapuso el nuevo proyecto con un modelo de coacción, imposición y presión, que es como ven el modelo de Lactalis. Fuentes de Alba pidieron que «cesen las mentiras» de los dirigentes de la multinacional, que desvían la atención del tema principal, «como es la imposición de unos precios abusivos para los ganaderos andaluces que hacen inviable su rentabilidad como empresa y un cese inédito en la historia de la recogida de su leche, como medida exacerbada de presión para obligarles a firmar los contratos impuestos».
Explican que ante el rechazo de Lactalis a recoger su leche, «han tenido que tirarla y destinarla a otras industrias que con toda premura han tendido a bien abrir sus puertas para evitar un mal mayor, traducido en más derramamiento de leche». «Ha sido y está siendo un duro trabajo de reorganización de estructura, y eso lo saben perfectamente y lo están sufriendo los trabajadores que Alba también tiene, igualmente andaluces y granadinos y los más de mil trabajadores de las ganaderías que hasta ahora producían su leche para esta planta (la de Puleva en Granada), con inversiones millonarias también en sus granjas», insisten.
Además, exigen a Lactalis, que tiene plantas en Vilalba y Nadela, que cese en las «calumnias y mentiras que su personal está difundiendo» para crear polémica «e intentar captar alguna parte de la leche andaluza perdida».