Las razones de Sacyr para desembarcar en la minería gallega
La constructora busca una vía para aumentar sus ingresos y reducir los 6.300 millones de deuda
Coincidiendo prácticamente con la liquidación definitiva de su filial inmobiliaria Vallehermoso, el grupo Sacyr, presidido por Manuel Manrique, ha buscado en la actividad minera una vía para aumentar sus ingresos de cara a reducir sus 6.300 millones de euros.
Lo hace al constatar que el volumen de negocio procedente de la promoción y construcción de casas en España se ha ido casi definitivamente al garete, con la edificación residencial aportando ya apenas el 4% de los 5.265 millones de euros de la cartera de construcción.
Valoriza Minería, desde abril de 2014
Aunque oficialmente Valoriza Minería –la sociedad que cuelga de Valoriza Gestión, la cabecera de la división de servicios del Grupo Sacyr– no se constituyó hasta el 10 de abril de 2014 con un capital social de 500.000 euros, lo cierto es que, ya entonces, los responsables de esta actividad –con Gonzalo García San Miguel al frente–, llevaban varios meses con estudios e investigaciones tendentes a calibrar el alcance del negocio.
Una vez cerrada la cartera inicial de proyectos de explotaciones de cobre, oro, estaño y wolframio, y la necesidad de acometer las primeras inversiones, fue cuando se creó la sociedad. Y, ahora, acaban de dar un paso más con el acuerdo alcanzado con Macquarie Capital, la división de inversión del gigante fondo australiano de infraestructuras.
En busca de permisos y concesiones fallidas
Tras este acuerdo entre dos grupos de tanto empaque, en Asturias, Castilla y León y Galicia han empezado a elucubrar qué hay detrás de esta iniciativa. Especialmente con esas palabras de García San Miguel que están siendo analizadas con lupa, cuando se refiere al acuerdo como «una extraordinaria oportunidad para colaborar con aquellos promotores que por motivos económicos o técnicos no han podido desarrollar sus permisos de investigación, o sus concesiones mineras».
Las tres comunidades del norte peninsular aglutinan el 75% de las 150 peticiones de concesión para proyectos extractivos de oro, según recoge el catastro minero del Ministerio de Industria, Energía y Turismo.
Faja Pirítica andaluza
El restante 25% de los proyectos mira al sur. Valoriza Minería conoce el gran potencial que supone la conocida como Faja Pirítica andaluza, que concentra la mayor cantidad de sulfuros masivos del mundo, con cobre, plomo, zinc, oro y plata.
En su mayoría, se trata de operaciones que no han acabado de salir adelante, básicamente por razones económicas, como señalaba García San Miguel, y que, ahora, con esta unión de altos vuelos todo hace presagiar que sí lo harán, a través de la adquisición de derechos mineros en curso o ya paralizados. Otros, como las gestionadas por Kinbauri –filial de la canadiense Orvana– en los municipios asturianos de Belmonte de Miranda y Salas, llevan en explotación desde hace casi cuatro años.
Reapertura de minas
Por ello, en algunas de esas comarcas, donde los recelos hacia la reapertura de antiguas minas llevan años provocando la movilización ciudadana, han vuelto a saltar las alertas temiéndose lo que hay detrás de este movimiento por parte de Sacyr, que pasaría por retomar proyectos como el de la mina de Corcoesto, en la comarca coruñesa de Bergantiños, o el de Salave, en la asturiana Tapia de Casariego, cuyos derechos mineros están en posesión de las canadienses Edgerwater y Asturgold, respectivamente.
No es la primera vez que Sacyr toma contacto con el proyecto Corcoesto. De manera indirecta, lo hizo en 2013 cuando la Xunta de Galicia, ante los negativos informes medioambientales, pidió a Edgerwater mayores garantías técnicas y financieras para seguir con la explotación. Y los canadienses, sin recursos suficientes, contactaron con la multinacional española para recabar su apoyo. Hizo caso omiso, pero el acercamiento sirvió a Sacyr para empezar a idear el desembarco en la actividad minera.
En su pacto con Macquarie, Valoriza Minería aportará su capacidad de desarrollo técnico en todas las fases técnicas y administrativas de la vida del proyecto, desde las etapas más primarias, con la exploración y evaluación del yacimiento, hasta la construcción de la infraestructura asociada.