Las promesas rotas de Ferrotlántica en Galicia (según la plantilla)

Los trabajadores de las plantas de Cee y Dumbría desconfían de los planes de la empresa en vista de los incumplimientos del pasado

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El empresario Juan Miguel Villar Mir tiene pensado hacer negocio con la venta de sus activos hidroeléctricos en la Península Ibérica. El empresario, a través del presidente de Ferroatlántica, Pedro Larrea, trata de convencer a los trabajadores de los distintos centros de producción de las bondades de la operación, sobre todo poniendo sobre la mesa inversiones que, en el caso de Galicia, rondan los 100 millones de euros.

Una buena parte, prácticamente la mitad de esa cuantía, iría destinada a inversiones en las plantas de Cee y Dumbría. Sin embargo, tanto trabajadores como vecinos de la Costa da Morte recelan de los planes de la compañía, sobre todo teniendo en cuenta las promesas incumplidas en el pasado.

Incumplimientos

En un documento, en el que destapan las «mentiras» de Ferroatlántica y que ya están moviendo a través de medios y redes sociales, los trabajadores señalan que nunca se llegaron a crear los emleos prometidos. Como cuando el director xeral de Enerxía e Minas, Ángel Bernardo Tahoces, afirmaba hace menos de un año en la comisión de Economía del Parlamento gallego que la construcción de las tres nuevas centrales en el Xallas supondrían «190 empleos anuales», una cifra que el diputado del BNG Francisco Jorquera reducía a «siete empleos directos» en esa misma sesión.

Además, inciden en las reiteradas ocasiones en las que clamaron por un nuevo horno, el 23, que, como apuntan, de no llegar a tiempo podría poner en riesgo la interrumpibilidad, que es lo que hace rentables las plantas. Lo mismo sucede con las promesas de aumento de personal –la plantilla prácticamente es la mitad que hace unos años–, la mejora de las condiciones de los nuevos empleados, o el crecimiento de las subcontratas, entre otras.

No obstante, reconocen que, «dentro de los trabajos que hay en la zona, es de los mejores». Y también explican que hubo inversiones y mejoras en los últimos años en lo que a condiciones de seguridad y ergonomía en el trabajo se refiere, «pero únicamente porque la ley lo exige».

Contra Larrea

Otro aspecto que les preocupa del plan industrial que pone sobre la mesa la empresa es su propio impulsor. El presidente de Ferroatlántica y consejero delegado de Ferroglobe, Pedro Larrea, arrastra, según ellos, un bagaje con el que tiene muy difícil asegurar la «prosperidad» en la Costa da Morte.

En este sentido, señalan «hitos» como el cierre de la fábrica de ferroaleaciones en China en mayo del año pasado, los cierres parciales de las factorías de Venezuela y Sudáfrica, las pérdidas millonarias del grupo o el proyecto fallido de construcción de una fábrica en Canadá, «donde también prometía un plan industrial», subrayan.

Por todo ello, piden a la gente que se sume a su lucha para evitar que «unos señores de Madrid y este gran gestor» les traten de «ignorantes» y «analfabetos» mientras expolian «nuestro futuro y el de nuestra comarca».

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