Las hijas de Adolfo Domínguez diseñan caminos opuestos
Valeria Domínguez triunfa con su consultora para profesionales digitales mientras que su hermana Adriana escala hasta la dirección general de la firma familiar
El pasado año ha marcado un antes y un después para Adolfo Domínguez, no tanto en lo familiar, sino más bien en lo empresarial, aunque en este caso casi es lo mismo. El 2016 fue el último ejercicio que el diseñador ourensano contó con sus tres hijas trabajando junto a él. Las dos mayores han sido las protagonistas por diversos motivos que les han llevado a tomar caminos divergentes.
El nombre de Adriana Domínguez, la hija mayor, empezó a sonar con fuerza ya a finales del ejercicio anterior, cuando sustituyó a su madre, Elena González, como consejera de la sociedad. Parecía un movimiento sin mayor trascendencia, pero ocho meses más tarde Adolfo Domínguez la nombraba directora general. Asumía así las riendas de la empresa después de un breve período de zozobra marcado por la salida del histórico Estanislao Carpio.
Proyecto propio
La irrupción de la primogénita en el consejo se produjo apenas unas semanas después de que su hermana Valeria Domínguez, que había dirigido con gran éxito el departamento de e-commerce de la firma textil, anunciase que salía de la empresa para emprender su propio proyecto empresarial. Se trata de Digital Influencer, que vio la luz a comienzos del presente año y que pretende ser un punto de encuentro y aprendizaje para profesionales de entornos digitales.
Parece que no le va mal en esta nueva aventura, a juzgar por las opiniones de sus propios clientes. Como explicó la compañía textil tras su marcha, Valeria Domínguez, ingeniera superior en robótica industrial por Queen’s University en Canadá y graduada en el Executive MBA en el IE Business School de Madrid, llevaba dándole vueltas a esta idea cerca de un año, coincidiendo con su estancia en la Harvard Business School.
Valeria Domínguez decidió poner en marcha un proyecto en la que aplicar parte de lo aprendido en la firma de su padre
Al contrario que Adriana, que trabajó los 17 últimos años para su padre desde departamentos como el de comunicación o la división de perfumes, Valeria ya desarrolló otros proyectos empresariales propios, como Felino, una agencia digital de publicidad en 2007, y trabajó también para grandes empresas, primero como ingeniera para Turner Construction y, más tarde, como vicepresidenta de la inmobiliaria neoyorquina The Corcoran Group, una de las más importantes del país.
Dos todavía en el barco
Ahora, a la hermana mayor le queda por delante la ardua misión de renovar y modernizar la compañía y, al mismo tiempo, consolidar su crecimiento de la mano de su padre, junto al que también sigue la menor de las tres, Tiziana Domínguez, directora creativa de la compañía.