Las empresas gallegas prevén dos años más de parón económico por la guerra en Ucrania
Los empresarios gallegos prevén que la recuperación de la crisis del Covid-19 no llegue hasta "2023 o 2024" ante una guerra en Ucrania de la que "lo peor está por llegar"
Tras la crisis del Covid-19, las empresas gallegas ya vislumbran en el horizonte al menos dos años de parón económico como consecuencia de la invasión de Ucrania. «Lo peor está por llegar», ha avanzado el presidente de la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG), Juan Manuel Vieites, que pone el foco en la escalada en los precios de la electricidad, de los combustibles y de la mayoría de materias primas.
«Es la tormenta perfecta», ha lamentado Vieites en unas declaraciones a Europa Press en las que reconoce que ya comienzan a escasear muchos productos que necesitan las compañías gallegas, como el aceite de girasol, así como ciertos cereales o metales. Según él, muchos de los sectores económicos gallegos solo tienen suministros para continuar produciendo durante «tres o cuatro semanas», por lo que ahora están buscando alternativas para no tener que detener su actividad.
Esta crisis de suministros afecta a las compañías conserveras y del tratamiento del pescado, que apenas disponen de aceite de girasol, un producto que se importa en su gran mayoría de Ucrania, para tres semanas. Es por ello que el también secretario general de la patronal nacional de la conservera Anfaco-Cecopesca ha pedido a la Unión Europea que permita otras alternativas para este aceite, ya que, tal como ha explicado, podría importarse de Argentina, pero allí utilizan pesticidas que no están aprobados por la UE. Además, ha hablado del aceite de soja de Estados Unidos, pero que utiliza soja transgénica, que tampoco está permitida por las autoridades europeas.
Aun así, ha confesado que este cambio regulatorio llevaría más tiempo del que se dispone, por lo que ha indicado que en el caso del sector conservero tendrán que utilizar aceite de oliva «hasta que la demanda se sostenga», ya que ha augurado que hay mercados que no están acostumbrados al consumo de conservas con este tipo de aceite, «más intenso», y no se sabe cómo pueden reaccionar.
Primeros parones por la crisis
Esta escalada de las materias primas también ha forzado parones, según Vieites, en empresas del sector de la construcción. En este sentido, el presidente de la CEG ha constatado que las compañías «lo están pasando mal», ya no solo por el tema energético y el coste de los combustibles, sino también porque los incrementos de los costes de los materiales han hecho que decidan parar de trabajar ya que, con las obras ya licitadas previamente (con precios de materiales por debajo de los actuales) si continúan operando pierden dinero.
Otras empresas que ya han comenzado a parar son las pesqueras, ya que parte de la flota pesquera gallega ha dejado de salir al mar debido al alto precio del combustible, que disminuye la rentabilidad de tu trabajo. En este sentido, barcos de toda Galicia han permanecido en puerto en los últimos días, como es el caso de los buques de cerco de Vigo, tal como anunció esta semana la Cooperativa de Armadores de Pesca de la ciudad olívica (ARVI).
«La guerra de Ucrania va para largo. Además, no sabemos cómo quedará luego el terreno. Lo peor está por llegar, tanto en el ámbito de la guerra como en el económico«, ha lamentado el presidente de la CEG, que ha augura que la recuperación tras la pandemia no llegará este año como se preveía, sino que habrá que esperar hasta finales del año que viene o 2024.
Escalada de materias primas
La industria metalúrgica gallega también echa números por la crisis desatada por la guerra en Ucrania. Enrique Mallón, secretario general de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de Galicia (Asime) ha indicado que el conflicto afectará por «múltiples canales» a las empresas del sector, especialmente en lo relativo al abastecimiento de materias primas como el cobalto, el aluminio o el cobre, entre otras, ya que Rusia es un proveedor «relevante».
Además, esta crisis también afectará, según Mallón, a multinacionales arraigadas en Galicia con subcontratistas en Ucrania, ya que se romperá su cadena de suministros, sobre todo del ámbito de la automoción. «Hay que estar preparados y abrir otros canales de suministro de materias primas. La verdad es que lo peor está por venir a nivel industrial, salvo que el conflicto se resuelva de forma inmediata, cosa que no prevemos», ha lamentado Mallón, quien ha mostrado la «consternación» de Asime por la «invasión de Ucrania por parte del Gobierno de Rusia».
Por lo pronto, Stellantis Vigo ya se ha visto obligada a parar de nuevo su producción por falta de componentes, ahora ya no solo de microchips, sino por la presión añadida para los suministros que supone el conflicto bélico.
Mallón también ha puesto el foco en que en este momento ya hay compañías que se están viendo obligadas a paralizar su actividad debido al aumento del precio de la electricidad, por lo que ha solicitado al Ejecutivo y a la Unión Europea que busquen iniciativas para bajar la factura eléctrica y que apuesten por energías renovables como la eólica marina.