Las dos caras del naval: Rodman vuelve a beneficios en pleno hundimiento de Barreras
El astillero de Moaña regresa a beneficios gracias a la división de patrulleras y barcos de pasaje, que multiplicó por cuatro sus ingresos y compensó el golpe del Covid-19 a las embarcaciones de recreo
Luces y sombras en el naval gallego. El año de la pandemia ha dejado dos escenarios muy diferentes en los astilleros de Vigo y su área de influencia. Mientras Barreras ha agravado su crisis y enfila un proceso de reestructuración que podría acabar con su liquidación o venta, cerca de las gradas viguesas, en Moaña, Rodman Polyships ha vuelto a beneficios a pesar del Covid. Las ganancias fueron pocas, 536.000 euros de resultado de ejercicio, pero permiten remontar los 2,8 millones en pérdidas que registró en 2019.
La empresa de Manuel Rodríguez, integrada en el mismo grupo que Metalships, terminó 2020 con una cifra de ventas de 19 millones de euros, más del doble que los 8 millones de facturación del ejercicio precedente. El ebitda y el beneficio neto alcanzaron los 1,3 y 0,5 millones de euros, respectivamente, según muestran las cuentas anuales de la compañía.
«Uno de los principales pilares que ha sustentado este crecimiento, ha sido la evolución mostrada por nuestra división
de embarcaciones profesionales. El negocio de esta división se ha visto fortalecido en 2020, consolidando clientes
existentes y atrayendo a nuevos armadores«, explica la empresa en su informe de gestión. La facturación de esta área alcanzó los 16 millones, cuatro veces más que los 4 millones de 2019. En embarcaciones profesionales Rodman incluye las populares patrulleras de la firma gallega o embarcaciones de pasaje, como el catamarán que entregó a la naviera balear Trasmapi.
El 2020 fue el año de botadura de la patrullera de altura de mayor eslora que se haya construido en Europa en poliéster reforzado con fibra de vidrio, la Rodman 138, para la Agencia Estatal de Administración Tributaria.
Los hitos y la facturación alcanzada en esta división del negocio compensó el impacto del Covid en la náutica de recreo, que experimentó un frenazo importante en relación a años anteriores. Desde la compañía aseguran que actualmente se empieza a notar «un claro repunte en la demanda», una buena noticia que esperan les ayude a cerrar el presente ejercicio con unas ventas próximas a los 5 millones de euros. Sería un salto considerable respecto a los 1,6 millones que facturó en 2020 en esta área. La plantilla media del astillero fue de 135 trabajadores.
Barreras: quiebra técnica y fuga de Ritz Carlton
Mientras Rodman volvía a la senda de los beneficios, Barreras cada vez tenía más agujeros que terminaron hundiendo el barco. La deuda de 58 millones de euros con entidades financieras (43 millones) y la industria auxiliar (15 millones) por la construcción del crucero Evrima ahogaba a la empresa, que aunque en mayo anunció que comenzaba a saldar lo que debía, en el mes de junio acabó en manos de la consultoría Kroll, con disolución del anterior consejo y la perspectiva de una reestructuración que lleva a la liquidación o venta de la empresa.
El movimiento comportó la salida del hasta ahora presidente ejecutivo de Barreras, Douglas Prothero (quien llegó en su día de parte de Ritz Carlton) y el cese del abogado Carlos Pérez-Bouzada, Johan Kuitunen y José Ismael Rosado como miembros del consejo.