Las centrales de Ferroatlántica sufren con la sequía su peor enero en 25 años
La falta de lluvias provoca que solo generen energía las de Santa Eugenia y O Pindo
Las centrales de Ferroatlántica en las cuencas de los ríos Xallas y Grande no comenzaron el año con buen pie. Además de la amenaza de una posible segregación y venta, los activos de generación hidroeléctrica del Grupo Villar Mir están pagando las consecuencias de un invierno especialmente seco en Galicia.
La ausencia de lluvias, mitigada este fin de semana con el paso de una borrasca, ha provocado que embalses como el de A Fervenza, en la cabecera del Xallas, estén apenas al 22% de su capacidad. El agua que corre río abajo es prácticamente el caudal ecológico del propio río. De hecho, tanto la central de este embalse como los tres grupos de Castrelos se encontraban paradas hasta este viernes.
Los trabajadores de las plantas no recuerdan un mes de enero con tan poca actividad. Reconocen que la situación «no es normal» y que «en 25 años o más» no se ha producido un episodio de sequía en el que apenas se trabajen tres horas al día, como sucede ahora.
Sin beneficio
Las consecuencias de este parón, como explican, son principalmente económicas. «La energía está cara. El problema es que no tenemos agua». Esto provoca que las centrales hidroeléctricas de la parte baja del río, así como la del cauce del Grande, estén produciendo en secundaria, es decir, a expensas de lo que pide Red Eléctrica, y puntualmente en terciaria a toda potencia, para aprovechar las franjas en las que la electricidad se vende más cara. A pesar de ello, reconocen que «las pérdidas son considerables».
El consuelo de los trabajadores es que la situación no puede ir a peor, porque los embalses «sueltan prácticamente el agua que trae el río». No obstante, apuntan, «si llueve dos o tres días como lo hace aquí en invierno, es cuestión de días que todas las centrales vuelvan a producir».