Lactalis, el mayor grupo lácteo en España, pierde ingresos y alerta del impacto de la inflación
La multinacional francesa, que comercializa marcas como Puleva o Ram, prevé un descenso de facturación del 8% en España tras los buenos resultados del ejercicio del Covid
Ignacio Elola, consejero delegado de Lactalis en España / Lactalis Iberia
Lactalis, uno de los mayores grupos lácteos del mundo, prevé cerrar 2021 con un descenso de facturación en el mercado español, donde es el principal operador tanto en volumen de recogida como en facturación. Fuentes de la compañía, que tiene ocho fábricas en España y unos 2.500 trabajadores, indican que la previsión es cerrar el ejercicio con un retroceso del 8% de los ingresos respecto al año que estalló la pandemia y que resultó un curso positivo para el grupo. En 2020, Lactalis Iberia alcanzó una cifra de negocio de 1.266 millones, según comunicó a mediados de año.
La multinacional francesa envasa marcas como Ram, Puleva, President, La Lechera o Lauki y recoge más de 1.000 millones de litros de leche a las granjas españolas, buena parte de ellas en Galicia, la mayor productora de España y donde cuenta con dos fábricas en Vilalba y Nadela. De ahí su relevancia para los ganaderos, que en las últimas semanas convocaron protestas contra la compañía por el precio que pagaba a las explotaciones y que, según denunciaban, no repercutía el incremento de precios que aplicó la distribución debido a la inflación.
El grupo asegura que lleva meses negociando con los ganaderos con los que trabaja y las organizaciones de productores para mejorar los contratos y «garantizar la sostenibilidad de toda la cadena láctea», incluyendo el sector primario y la industria. Entre Lactalis y Capsa, las dos industrias contra las que protestaron los productores, recogen cerca del 35% de la leche que produce Galicia.
El impacto de la inflación
Como otros grupos de alimentación, el líder del sector lácteo teme la repercusión en su balance del incremento generalizado de costes. Es algo de lo que advirtió hace tiempo su consejero delegado, Ignacio Elola, cuando expresó su «preocupación» por la evolución el ejercicio que se cierra este viernes.
«Estamos viendo una inflación de materias primas y de la energía que está afectando claramente a la rentabilidad de la compañía. Y aún nos preocupa más el 2022, que se espera todavía más difícil si no solucionamos la principal problemática del sector: la puesta en valor de los productos y la traslación inevitable de todas estas inflaciones al consumidor final. No se ha producido una valorización, como en otras categorías. No hemos sido capaces de explicarle al consumidor el valor de nuestros productos y todo el trabajo que hay detrás. Esto hace que muchos de los productos lácteos no tengan una rentabilidad suficiente para ninguno de los que formamos parte de la cadena. Y este es el gran reto al que nos enfrentamos», dijo el pasado octubre con motivo del congreso de AECOC (Asociación de Fabricantes y Distribuidores).
A punto de entrar en el nuevo año, la compañía reconoce que esta situación no cambió y que la senda inflacionista arroja una fuerte incertidumbre para 2022 respecto al impacto que pueda tener en los resultados del grupo.
