La Xunta siembra dudas sobre la insolvencia de Povisa
El Sergas pide documentación a Povisa que justifique el preconcurso, mientras abre la puerta a abaratar los fármacos que hacen deficitario al hospital
El Sergas ha pedido a Povisa nueva documentación sobre la situación financiera en la que fundamentó la solicitud del preconcurso de acreedores. La piedra angular en el relato del mayor hospital privado de Galicia es que el servicio que presta a la sanidad pública le generó un agujero de 42 millones desde la entrada en vigor del nuevo concierto, en 2014.
Sanidade rechaza esta interpretación. No cree que los problemas de liquidez se deban al concierto sino a una gestión errónea y pide más información sobre la insolvencia del hospital con un doble objetivo: conocer en detalle sus necesidades financieras y blindarse ante la presión que está ejerciendo el grupo de José Silveira cuando parte de la oposición, toda menos el PSOE, pide que no sucumba a chantajes de un adinerado empresario. Cierto es que el hospital ha insistido en que no pretende obtener beneficios, sino lograr un balance equilibrado para poder sostener la actividad.
El departamento de Jesús Vázquez Almuíña, que ocupó cargos de relevancia en Povisa antes de convertirse en conselleiro, no quiere modificar el actual concierto, al menos no en el sentido de incrementar la cuantía por paciente que abona al hospital vigués. Y tampoco pretende aumentar las derivaciones de pacientes hacia servicios especializados de Povisa fuera del concierto, un área de negocio en la que el centro ha visto disminuir sus ingresos en 1,5 millones.
Abaratar los costes de Povisa en fármacos
En la primera reunión mantenida entre el Sergas y el hospital tras la solicitud de preconcurso –a la que precedieron muchos meses de negociaciones infructuosas–, Sanidade sí que ha abierto la puerta a abaratar el coste en medicación hospitalaria de dispensación ambulatoria. En concreto, la propuesta es que Povisa se adhiera a la plataforma de gestión de fármacos del Sergas como primer paso para beneficiarse de un menor coste a la hora de adquirir los medicamentos.
Povisa llevó ambos asuntos, la derivación de pacientes y el reembolso de los fármacos, a los tribunales, que dieron la razón al Sergas. El segundo es el motivo fundamental de las pérdidas del hospital vigués, pues, según indica, los fármacos le generan un déficit anual de entre 5 y 6 millones desde la entrada en vigor del concierto. Los números rojos de Povisa en los últimos tres años rondan estas cifras: 5,5 millones en 2015, 4,3 millones en 2016 y 5,4 millones en 2017.
Los ingresos de Povisa son estables
Hasta la entrada en vigor del concierto, Povisa obtenía importantes beneficios. Ganó 11,2 millones en 2013 y 2,4 millones en 2012, aunque no distribuyó dividendos al grupo de José Silveira. Fue a partir de 2015, el año posterior al concierto, cuando se dispararon los números rojos ¿Qué sucedió?
En la cuenta de resultados, la variación más destacada está en el capítulo del gasto. Los aprovisionamientos pasaron de los 30 millones en 2013 a casi 40 millones en 2016. Los ingresos, en cambio, fueron más estables: 104,2 millones en 2016, 99,6 millones en 2015, 100,4 millones en 2014 y 102 millones en 2013.
Caballero aumenta la presión sobre la Xunta
La necesidad de Povisa y Sergas de llegar a un acuerdo parece evidente. El hospital tiene una población de referencia de 139.000 pacientes, difícilmente asumible por el servicio público de salud en caso de un cese de actividad. El centro de José Silveira, por otra parte, percibe el 77% de sus ingresos del Sergas, sin el que sería inviable con su actual tamaño. Tiene una plantilla de 1.500 trabajadores.
Ante el riesgo de una suspensión de pagos, el Gobierno de Abel Caballero intensifica la presión sobre la Xunta. El alcalde vigués instó el pasado domingo al Ejecutivo de Núñez Feijóo a “resolver inmediatamente a favor de Povisa” y acusó a la Xunta de “ahogar la capacidad económica” del hospital. Este lunes hizo lo mismo el portavoz del Gobierno municipal, Carlos López Font, quien prácticamente calcó las palabras del alcalde. «Cuando se firmó el último concierto, los responsables del hospital ya avisaron de que la cuantía económica era insuficiente, y el tiempo está dando la razón a directivos y trabajadores», aseveró.