La Xunta, obligada a adjudicar tres veces los helicópteros del 061
Sanidade adjudica por tercera vez el servicio de helicópteros del 061 a Habock después de dos anulaciones
Pasados más de cinco meses desde la primera adjudicación, el concurso de los helicópteros de urgencias de la Xunta continúa enredado en un baile de recursos, sin que la empresa ganadora, Habock, haya podido prestar por el momento el servicio. La Fundación Pública Urxencias Sanitarias-061, entidad dependiente de la Consellería de Sanidade, ha resuelto por tercera vez el procedimiento, entregando el contrato a la empresa de Luis Miñano, antiguo primer espada de Inaer.
En las dos ocasiones anteriores, la adjudicación fue anulada por el Tribunal Administrativo de Contratación Pública (Tacgal) con el objetivo de requerir nueva documentación a Habock al considerar que no estaba acreditado que cumpliera los pliegos técnicos. El pasado 4 de enero, después de que la empresa enviara más documentos por correo certificado urgente, la fundación de la Consellería de Sanidade volvió a adjudicar el contrato a Habock.
No es todavía definitivo, pues la compañía rival, la multinacional británica Babcock, puede presentar un nuevo recurso, o bien acudir directamente a la vía judicial. Curiosamente, Babcock es la empresa que compró Inaer durante la etapa de Luis Miñano y continúa gestionando el servicio de helicópteros del 061 de la Xunta mientras no concluye el nuevo concurso. No solo eso, también se encarga de las aeronaves de Salvamento Maritimo y es uno de los socios, junto a Indra, del aeródromo de Rozas.
Errores de Sanidade en un concurso de 9 millones
La actual adjudicación, la tercera en cinco meses, se realiza a la misma empresa, Habock, y por la misma cuantía que las dos anteriores, 9,08 millones, para un periodo de cuatro años. De resultar firme, la compañía habría conseguido el contrato tras modificar en dos ocasiones la documentación que presentó al concurso.
El Tribunal Administrativo de Contratación Pública, organismo adscrito a la Consellería de Facenda, permitió esta anomalía por un error de la mesa de contratación que hace ya casi un año, en febrero de 2018, trasladó a Babcock que era necesario presentar las licencias y capacitaciones de los pilotos para optar al contrato. Sin embargo, no dio publicidad a la comunicación, es decir, no informó al resto de licitantes de la consulta de Babcock y de esa exigencia.
Por este motivo se permitió a Habock en dos ocasiones acreditar la capacitación de sus pilotos con documentación adicional. Paradójicamente, la Fundación Pública Urxencias Sanitarias-061 adjudicó por primera vez el contrato a la compañía el 1 de agosto, sin caer en la cuenta de que no contaba con las acreditaciones que ella misma había exigido a la otra competidora.
El problema de los pilotos
El último recurso presentado por la antigua Inaer, con fecha de 5 de noviembre, alegaba que Habock no presentaba en la documentación pilotos suficientes para prestar el servicio con las calificaciones y licencias necesarias para operar vuelos multipiloto y vuelo instrumental (IR), según las fuentes consultadas.
A finales de ese mes, el Tacgal anulaban por segunda vez la adjudicación y requerían la documentación acreditativa a Habock, la cual llegó por correo certificado urgente en diciembre. La fundación dependiente de Sanidade la consideró correcta y adjudicó por tercera vez el contrato. Contra la resolución cabe un nuevo recurso ante el Tacgal en el plazo de 15 días o bien la apertura de un contencioso en un máximo dos meses.
El mismo organismo que licitó las ambulancias del 061
No es la primera vez que la Fundación Pública Urxencias Sanitarias-061 tiene problemas con un concurso. El contrato del servicio de ambulancias de 2014 se encuentra judicializado en una investigación por presunta prevaricación y tráfico de influencias. El pasado diciembre, la Federación Galega de Empresarios de Ambulancias (Fegam) aseguró que se trata de una concesión deficitaria que está generando pérdidas millonarias, unos 40.000 euros por vehículo. Por este motivo presentó un escrito renunciando al servicio y pidiendo que se resolviera el contrato.
En el caso del servicio de helicópteros, el Sindicato Libre de Trabajadores Aéreos, a través de un comunicado emitido el pasado septiembre, criticó que la «valoración técnica se realizó únicamente por personal médico, que carece de formación aeronáutica alguna, mientras que se prescindió «por algún motivo que se desconoce, de los asesores técnicos aeronáuticos que dispone la Xunta para tal efecto”.