La Xunta exige soluciones a Alcoa y Gobierno central
El Gobierno gallego reconoce el fiasco en la reunión y apela a la “corresponsabilidad” de Alcoa y Ejecutivo central para buscar una solución
La Xunta admite el fiasco. No hubo avances en la reunión mantenida este martes a múltiples bandas, con presencia de los sindicatos y del Gobierno central. Alcoa insiste en cerrar las plantas de A Coruña y Avilés, lo que dejará sin empleo a cerca de 700 trabajadores.
El conselleiro de Economía, Francisco Conde, apeló a la «corresponsabilidad» del Ejecutivo de Pedro Sánchez y de la propia multinacional, a quienes instó a buscar soluciones que permitan mantener el empleo y la actividad industrial en las factorías.
A través de un comunicado, la consellería remarca que Galicia puso sobre la mesa dos premisas «irrenunciables» en las que «no se consiguió ningún avance» en la reunión: que la empresa rectifique y ponga fin al expediente de regulación de empleo en A Coruña y Avilés; y que el Gobierno central se sume a esta alianza y reaccione ofreciendo la «certeza necesaria», que pasa por fijar un marco energético estable que aporte «fiabilidad» a las empresas electrointensivas en España.
Activar la subasta de interrumpibilidad
El Gobierno central, remarca Economía, es «la única Administración con competencias para definir este marco estratégico». Por ello, Conde insistió en la necesidad de concreción por parte del Ejecutivo, que se traduce en la convocatoria de la subasta de interrumpibilidad para 2019 y en la ejecución de la partida de este año de los Presupuestos Generales del Estado para compensar a las electrointensivas por los resultados de la última subasta.
Conde ha reiterado el apoyo de la Xunta a los trabajadores de las plantas, tanto de A Coruña como de Avilés, y se comprometió a seguir trabajando «de la mano» para que se encuentre «una respuesta rápida a su situación» y una solución que permita garantizar el empleo.
Los argumentos de Alcoa para el cierre, sin embargo, están desligados, por ahora, de la subasta de interrumpibilidad e incluso del marco energético estable que demandó Feijóo. La multinacional aludió a problemas tecnológicos en la factoría y al coste de la materia prima para justificar que las plantas no eran competitivas.