La vieja Pescanova, nuevo farolillo rojo de la bolsa entre la eterna espera de su salto a Bolivia
Las acciones de la sociedad de cartera pierden casi el 12% de su valor en lo que va de 2021 y provocan que su capitalización se desplome hasta los 11 millones de euros
Pescanova SA continúa con su vía crucis en bolsa. La sociedad que vio diluida su participación en Nueva Pescanova del 20% al 1,65% en 2017 y al 0,34% en 2021 tras la capitalización de deuda por parte de Abanca, cerró la sesión bursátil del miércoles instalada en los 39 céntimos por acción.
La firma roza, de esta manera, sus mínimos históricos de 35 céntimos por título que llegó a tocar en julio de 2020, y se desploma hasta ocupar el farolillo rojo de todo el Mercado Continuo.
En concreto, la sociedad que preside Luis Malo de Molina cuenta ahora con una capitalización bursátil de 11 millones de euros. Se trata de la cifra más reducidas de toda la bolsa española tras retroceder un 11,8% en lo que va de año y quedarse por debajo de los 15 millones de Bodegas Riojanas o los 19 millones de la constructora Nyesa, que se desploma un 29,6% desde enero.
A vueltas con su plan en Bolivia
Pescanova SA acecha mínimos en bolsa tras cerrar el ejercicio 2021 sin facturación, pero con unos beneficios de 26.000 euros a la espera de novedades sobre el despliegue de su red comercial en Bolivia.
Y es que Pescanova SA, empresa de la que Manuel Fernández de Sousa controla casi el 8% de sus acciones, anunció el año pasado la inminente creación de una infraestructura de distribución en Bolivia para comercializar productos del mar. El objetivo, según aseguraba la firma, era recuperar la actividad propia de la compañía, y dejar de ser exclusivamente una sociedad de mera tenencia de su participación en Nueva Pescanova SL.
«El éxito de esta primera fase del plan estratégico dará pie al desarrollo de nuevas fases y a la expansión de la actividad en otros países», aseguraba la vieja Pescanova en una comunicación a sus accionistas.
Nuevo golpe judicial
Las nuevas caídas de Pescanova SA tienen lugar en un momento marcado, además, por el golpe del juzgado de Primera Instancia 14 de Vigo, que desestimó la demanda presentada por la vieja Pescanova en el caso del crédito supersenior a la multinacional ahora propiedad de Abanca.
La vieja Pescanova ha anunciado que presentará un recurso de apelación para pedir que se le anule el pago de 300 millones de euros vinculados a la concesión de este crédito, una operación que consideraba que había sido lesiva y que, según alega, podría perjudicar a Pescanova SA en su patrimonio y en el valor de su participación en la multinacional.
A través de un comunicado, la compañía consideraba difícilmente justificable que se cargue esta deuda de 300 millones para Nueva Pescanova SL por haber dispuesto de un crédito de 82 millones de euros que, además, «se devolvió tan solo cinco meses después».