La térmica de Endesa en As Pontes cumple dos meses a la espera de Red Eléctrica
El pasado 12 de julio trascendió la noticia de que el Gobierno había encargado al operador eléctrico un informe que determinará si es preciso o no reactivar la planta de carbón
Se cumplen dos meses desde que trascendió la noticia de que el Gobierno había encargado a Red Eléctrica, como operador del sistema, un informe que decidirá si se debe posponer o no el cierre de la factoría y mantenerla operativa ante eventuales cortes de suministro del gas procedente de Rusia.
La noticia del encargo de una actualización del informe de Red Eléctrica saltó a los medios el pasado 12 de julio. Desde entonces hasta ahora han pasado dos meses sin que se sepa si la térmica, que se encontraba a la espera del plácet definitivo para su cierre volverá o no a quemar carbón.
La pasada semana, el delegado del Gobierno en Galicia, José Miñones, reconoció que no existen novedades sobre el estudio solicitado por el Ministerio para la Transición Ecológica. “Seguimos esperando. En cuanto tengamos la información la haremos pública y acataremos lo que diga”, indicó.
Divergencias políticas
El citado informe no se centraría exclusivamente en la central de carbón, si bien evalúa distintos escenarios posible en caso de escasez de gas natural o de otros productos energéticos.
A nivel político, las opiniones son divergentes. En Galicia, tanto el conselleiro de Economía, Francisco Conde, como el alcalde de As Pontes y secretario xeral del PSdeG, Valentín González Formoso, han mostrado su predisposición a que la central se mantenga activa. No obstante, a lo largo de las últimas semanas, la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha deslizado en varias ocasiones que si Red Eléctrica ve viable cubrir el 100% de la electricidad sin necesidad de mantener abierta la central, no tendría sentido alargar su cierre debido al incremento de costes que supondría.
La incógnita de los costes
Efectivamente, mantener operativa la central tendrá un coste que se prevé elevado. Fuentes sindicales indican que, de darse esta situación, previsiblemente Endesa pedirá compensaciones por la disponibilidad de la central y el coste de reactivarla cuando sea necesario lo que requiere, además de la vuelta del carbón, la recuperación de trabajadores que fueron desplazados a otros puestos ante el inminente cierre de la instalación.
Por otro lado, de darse una reactivación, al menos en un inicio, la planta solo podría operar con los dos grupos que tiene habilitados en estos momentos. Es decir, con una capacidad de 700 megavatios frente a los 1.400 que tendría a pleno rendimiento. Poner en servicio los dos grupos de generadores que están inhabilitados requeriría también de una importante inversión que, según fuentes empresariales, no compensaría si se trata de una reactivación por un corto periodo de tiempo.