La penúltima bala para evitar el cierre de Alcoa
Industria lanza el Estatuto de Consumidores Electrointensivos para abaratar y dar estabilidad a los precios ante el miedo al cierre de plantas
El Gobierno pone argumentos sobre la mesa para intentar que Alcoa dé marcha atrás en su intención de cerrar las plantas de A Coruña y Avilés, que llevarán al paro a casi 700 trabajadores. El Consejo de Ministros aprobó este viernes la creación de un Estatuto de Consumidores Electrointensivos, medida anunciada en las conversaciones mantenidas con la multinacional norteamericana en un intento de frenar la clausura de las factorías y asegurar que el resto de empresas del ramo no toma el mismo camino.
El objetivo es abaratar los costes eléctricos, muy superiores en España a los de países como Alemania o Francia. Pero también dotar de estabilidad a los precios, de manera que se reconozca como una necesidad para este tipo de industria que produce en horas de baja demanda eléctrica.
El estatuto tiene un periodo de tramitación de seis meses en el que se concretará su formulación. Mientras tanto, las industrias operarán como en los últimos años, en base a las ayudas que otorga la subasta de interrumpibilidad que ya ha sido convocada por el Ejecutivo.
Ayudas condicionadas al empleo
Esta fórmula no garantiza la estabilidad que demandan las empresas y también la Xunta, quien reclamó cinco años de tarifas estables para las electrointensivas y trabajar hacia un marco energético más previsible.
Según anunció la ministra de Industria, Reyes Maroto, también se desbloquearon las compensaciones por derechos de emisión de CO2 por valor de 150 millones. Estas ayudas estarán a partir de ahora condicionadas al mantenimiento de la actividad y del 85% de la plantilla durante tres años.
En el paquete de medidas también se incluye la prolongación de la vida útil de las plantas de cogeneración durante dos años.
Momento decisivo para Alcoa
Reyes Maroto reconoció que “no es fácil la solución” al problema de Alcoa y apuntó que los próximos días “serán claves” para el futuro de la multinacional en España. Maroto subrayó que cuentan con la «complicidad» de los gobiernos de Asturias y Galicia y de los ayuntamientos de Avilés y A Coruña, por lo que pidió a la dirección de Alcoa que «ponga en el horizonte las medidas que podrían evitar el cierre de las plantas».
«Lo que la semana pasada era no, hoy ya es sí, en determinados aspectos, con lo cual sí que se están produciendo acercamientos, pero prefiero ser prudente», y añadió que «se dan las condiciones para que esto pueda salir bien y ahora lo que hay que hacer es trabajar y trabajar mucho».
Si Alcoa no diese su brazo a torcer, queda la ‘solución Vestas’, encontrar un comprador que quiera hacerse cargo de las factorías y continuar la actividad, algo para lo que también es fundamental asegurar un coste energético competitivo.