La paradoja de Megasa, Alcoa y sus pretendientes: la industria «esencial» arranca el año parada

A pesar de tratarse de compañías de un sector declarado como "estratégico y esencial" por la Xunta, Megasa y Alcoa paran por los precios eléctricos. Fuera de Galicia, también lo hacen activos de los grandes 'novios' de la planta de San Cibrao

Trabajadores de Alcoa en Lugo durante las protestas realizadas en 2020. Foto: EFE/Eliseo Trigo

Trabajadores de Alcoa en Lugo durante las protestas realizadas en 2020. Foto: EFE/Eliseo Trigo

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En Galicia no hay una única crisis industrial. El 2021 acabó con la incógnita todavía sin resolver de qué ocurrirá en Meirama y As Pontes, zonas afectadas por el cierre de las centrales térmicas de Naturgy y Endesa (esta última volvió a quemar carbón de forma excepcional por las necesidades del sistema). También con la factura que dejará la marcha de Siemens Gamesa –que a principio de año bajó la persiana de su planta de palas eólicas en As Somozas— y de Vestas, que echa el cerrojo a su factoría de turbinas eólicas en Viveiro, con 115 empleados, con la pretensión de reconvertirla en un centro de formación que ocupará a unas 24 personas. No obstante, el 2022 arranca con imágenes nítidas de otro particular conflicto en la gran industria, derivado de la subida sin precedentes de los precios eléctricos.

De Alcoa a Megasa

En Lugo, el gigante Alcoa prevé tener apagadas todas sus cubas de electrólisis el próximo 20 de enero. La última factoría de aluminio primario de España, ubicada en San Cibrao (Cervo) comenzará entonces una parada de producción que durará, previsiblemente, dos años, y que se acomete en virtud de un pacto entre la multinacional americana y la plantilla.

En la provincia de A Coruña, la primera siderúrgica de la comunidad, Megasa, cuyo centro productivo se localiza en Narón, arranca el año en parada. De nuevo, debido a los precios de la luz. Tal y como adelantó Economía Digital Galicia, aunque estaba previsto retomar la producción el pasado domingo, 2 de enero, la firma capitaneada por la familia Freire ha decidido prorrogar las vacaciones de sus trabajadores hasta, por lo menos, el 10 de enero. La fundición de Xuvia completará, de esta forma, hasta tres semanas sin producción derivadas del incremento de la factura energética.

Empresas paradas pero “esenciales”

Curiosamente, ambas compañías, tanto Alcoa como Megasa tienen consideración de “estratégicas”. Así lo decretó la propia Xunta de Galia a finales de 2020, un momento en el que la crisis energética aún no se había convertido en el tsunami actual. En plenas negociaciones para una venta de la planta de San Cibrao que, finalmente, nunca llegó a fraguarse, el presidente autonómico, Alberto Núñez Feijóo, anunció que el sector electrointensivo gallego había obtenido la denominación de “esencial y estratégico”.

Un movimiento que era, dijo el dirigente, “un mensaje” para los posibles compradores de Alcoa o para cualquier compañía que quiera invertir en una actividad que la administración gallega considera “esencial para el crecimiento y desarrollo económico de la comunidad” por suponer el 5,7% del valor añadido bruto (VAB) y el 45,2% del sector industrial autonómico.

Hay que tener en cuenta que durante la primera ola de la pandemia estas compañías también recibieron la calificación de «esenciales» por parte del Gobierno de Pedro Sánchez, por lo que siguieron trabajando, aún durante el primer estado de alarma.

Pero la crisis en la gran industria electrointensiva no se circunscribe únicamente a Galicia. Baste un dato para entender su magnitud. De los últimos cuatro grandes grupos que mostraron interés por la planta de Alcoa en San Cibrao, tres acometen este inicio de año paradas o reducciones de producción en sus activos europeos por causa del rally eléctrico.

Sidenor

Destaca el caso de Sidenor. La siderúrgica vasca capitaneada por José Antonio Jainaga (presidente también de la patronal de la gran industria consumidora, AEGE). Fue de las primeras compañías a nivel estatal que anunció, ya el pasado octubre, que acometería paradas interminentes de producción hasta Navidades debido al “desorbitado” precio de la electricidad que necesita para acometer sus procesos de fabricación. El pasado 15 de diciembre, Deia publicaba que la compañía había llegado a un acuerdo con los sindicatos para ampliar los días de flexibilidad que permite su convenio y poder así parar la acería de Basauri hasta el inicio de este 2022.

La pasada semana, AEGE calculó que el mercado mayorista español cerraría el ejercicio 2021 con un precio medio de 111,93 euros/megavatio hora (MWh), un 228% más que en 2020. Asegura la patronal que la gran industria española paga más que sus competidoras en Francia o Alemania. No obstante, las paradas de producción también se extienden a estos países.

De Trafigura a Liberty, los otros ‘novios’ de Alcoa

Además de Sidenor, otros dos gigantes que llegaron a plantear ofertas por la planta de Alcoa en San Cibrao, Liberty y Trafigura, sufren también de las embestidas de la factura eléctrica.

Los primeros forman parte del conglomerado británico GFG Alliance, propietario de la planta de aluminio de Dunkerque, en Francia, la más grande de Europa. Según recogieron recientemente medios galos, la factoría, que da empleo a casi 600 empleados de forma directa, ha puesto en marcha una reducción de su producción de en torno al 3% debido al aumento de la luz. Los directivos de la fundición, que antes perteneció a Rio Tinto, explicaron que la mayoría de los contratos de electricidad con los que funcionan con a largo plazo (los llamados PPAs) y no sufren variaciones de precios. Sin embargo, existe una parte de la electricidad que se paga al contado y que, ahora, estaría afectando al balance del activo. Representantes sindicales indicaron que la planta perdió, por este motivo, unos 20 millones de euros desde principios de noviembre.

La situación obliga a mover ficha hasta a multinacionales tan consolidadas como Trafigura, un importante operador mundial de minas y fundiciones y uno de los mayores comerciantes de metales del mundo. El grupo cerró en septiembre su ejercicio fiscal 2021 con unas ganancias históricas por valor de 3.100 millones de dólares (unos 2.730 millones de euros, frente a los 1.400 millones de euros de 2020).

A pesar del poderío del grupo, uno de sus activos, la gran refinería de zinc de Nystar, ubicada en Auby (Francia) anunció la intención de cerrar sus puertas al menos dos meses a partir de este lunes, 3 de enero. Según los sindicatos, la empresa les explicó que, en estos momentos, la producción cuesta diez veces más de lo habitual. La reducción de actividad afectaría a unos 300 empleados que, de momento y al menos hasta marzo, mantendrán sus salarios sin cambios.

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