La otra cara de la inflación: Leche Celta bate récord de ingresos y sale de pérdidas
La láctea gallega, propiedad del grupo luso Lactogal, rozó los 235 millones de euros de facturación y superó los 800.000 euros de beneficios antes de comprar el 34% que aún no controlaba en Iberleche
Punto de inflexión en la cuenta de resultados de Leche Celta. La compañía con sede en Pontedeume y propiedad del grupo luso Lactogal cerró 2022 con la mayor facturación de su historia ante las subidas de precios y costes como consecuencia de la inflación.
Así se refleja en la memoria anual que la empresa láctea ha depositado ante el Registro Mercantil de A Coruña. En el documento consta que Leche Celta SLU disparó su facturación desde los 188,9 millones de euros logrados en 2021 hasta los 234,7 millones de euros en 2022. Se trata de un incremento del 24,2% que ha permitido que la compañía haya dado la vuelta a sus resultados.
El peso de la inflación
Y es que Leche Celta ha pasado de perder 737.600 euros en 2021 a anotarse un beneficio neto por valor de 811.700 euros en un ejercicio marcado por la inflación. «Este aumento se encuadra en la evolución global de la economía en 2022, año en el que la elevada inflación hizo subir significativamente el precio de los alimentos y, consecuentemente, el precio de la leche y productos e lácteos», reconoce la firma.
En este sentido, desde la compañía apuntan a que estas subidas se deben «por un lado, a los sobrecostes de producción que están padeciendo los ganaderos por el incremento del precio de la electricidad, piensos y fertilizantes«, algo a lo que se «suma la crisis energética global y la guerra de Ucrania». Además, Leche Celta advierte que «en los últimos años se ha producido una fuerte caída del número de explotaciones lácteas», drenando, de esta manera, oferta del mercado.
Leche Celta ha visto cómo esta dinámica ha llevado en volandas a su facturación al igual que al resto del lácteo gallego. Según los datos de la Xunta de Galicia, de las explotaciones ganaderas de la comunidad se extrajeron casi tres millones de toneladas. Esta producción reportó unos ingresos por venta de 1.306,3 millones de euros al sector, que creció un 35,2% respecto al año anterior.
La compañía propiedad de Lactogal, que invirtió 5,6 millones de euros en 2022 en iniciativas como una línea PET, la modernización de la mantequera o una nueva línea de producto en Ávila, prevé un 2023 con «la inflación en moderación». «Se notará en los precios de venta de leche y productos lácteos, incluso en los subproductos industriales, que invertirán la tendencia del 2022», recalca la firma, que también espera «una mejora de las cadenas mundiales de aprovisionamiento».
Leche Celta encara este 2023 con el reto de la inflación, pero también con nuevo perímetro. Y es que la compañía, que a principios del año pasado vivió 18 jornadas de huelga por diferencias con la plantilla por la renovación del convenio colectivo, se ha hecho con el 34% que aún no controlaba en Iberleche.
Leche Celta toma el control total de Iberleche
La firma con sede en Pontedeume adquirió esta participación que le faltaba a Corporación Alimentaria Peñasanta (Capsa), dueña de la gallega Larsa y de Central Lechera Asturiana. Con este movimiento, Leche Celta se hace con el control total de una empresa que surgió fruto de su alianza con el grupo asturiano para producir leche de marca blanca para grandes grupos de distribución como Carrefour o El Corte Inglés.
Además de Capsa, que formalizó su entrada en Iberleche en 2015, Leche Celta también tuvo como compañera de viaje durante esta andadura a Clun. La matriz de Feiraco llegó a hacerse con una participación del 13,8% en 2017, aunque se desprendería de ella tan solo dos años después. Según las últimas cuentas disponibles (correspondientes al ejercicio 2021), Iberleche facturó 184,8 millones de euros y se anotó 148.000 euros en beneficios.