La ‘losa’ que cerró el Club Financiero Atlántico: 300.000 euros

El Club Financiero Atlántico entró en concurso de acreedores con un pasivo de 300.000 de euros. La directiva nunca planteó una derrama a los socios

Instalaciones del Club Financiero Atlántico

Instalaciones del Club Financiero Atlántico

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp

El Club Financiero Atlántico, entidad coruñesa fundada en 1987 como punto de encuentro entre el empresariado de la ciudad, cerrará sus puertas de forma inminente. Tal y como adelantó este medio, el Juzgado de lo Mercantil número 2 de A Coruña ha declarado ya la apertura de la fase de liquidación del club y en los próximos días podría producirse el cese de la actividad en la histórica asociación empresarial, al margen de que se se apruebe el ERE de extinción para los 21 empleados que conforman la plantilla. Este viernes, el, actualmente, expresidente de la sociedad, Mariano Gómez-Ulla, dio una rueda de prensa acompañado del abogado del Club Financiero en el proceso concursal, Rafael González del Río, del despacho coruñés Caruncho, Tomé y Judel. Ambos dieron cuenta de la situación de la entidad y revelaron que el Club Financiero entró en concurso de acreedores con un pasivo de entorno a 300.000 euros. Una cantidad que, a priori, semeja salvable, teniendo en cuenta que, según Gomez-Ulla, el número de socios ronda los 270. “Cuando llegamos, en 2015, había unos 192 socios, que llegaron a ser 370”, explicó, para indicar que la bajada se produjo precisamente en el último año.

El expresidente del Club Financiero Atlántico explicó, no obstante, que en esta última etapa no se llegó a plantear a los socios (entre los que se encuentra Amancio Ortega) el acometer una derrama para hacer frente a la deuda. El empresario coruñés indicó que ya hubo muchas dificultades en el año 2015 para llevar a cabo una derrama por valor aproximado de 200.000 euros con la que hacer frente a la deuda más urgente que tenía la entidad derivada de la quiebra de Remocsa, la sociedad que explotaba la actividad comercial del Club Financiero Atlántico. 

Deuda por la quiebra de Remocsa

En su comparecencia pública, la primera que ha hecho Gómez-Ulla desde que se conoció la noticia de la entrada en concurso de la entidad empresarial, el expresidente del Club Financiero ha manifestado que la deuda deriva en gran medida de las obligaciones contraídas tras la quiebra de Remocsa. “Las causas del cierre son muchas pero, fundamentalmente, hay una situación de origen”, convinieron. 

Entre otras cosas, Gómez-Ulla aludió a que el Club Financiero Atlántico tuvo que asumir la plantilla contratada por Remocsa. “Además, posteriormente, se tuvo que hacer frente a sucesivas deudas derivadas de la etapa anterior como, por ejemplo, de mantenimiento de edificio”, explicaron.

Relaciones con el casero

Aunque en la rueda de prensa no se aludió a este caso, distintas fuentes indicaron a lo largo de los últimos meses que el concurso del Club Financiero derivaba en buena medida de las desavenencias de la entidad con su casero, el empresario coruñés Esteban Vales, que en la actualidad posee la mayoría de las acciones de Propietaria Club Financiero Atlántico, la sociedad que posee el histórico edificio en el que, hasta ahora, operaba la organización empresarial. Gómez-Ulla se limitó a indicar que no se llegó a un acuerdo con el actual propietario que, antes de la entrada en concurso, decidió no renovar el contrato al Club Financiero Atlántico.

Las últimas cuentas presentadas por Propietaria Club Financiero Atlántico ante el Registro Mercantil, correspondientes al ejercicio 2018, arrojan un resultado negativo de 81.000 euros. Según las mismas, los préstamos y partidas a cobrar ese año se elevaban hasta los 141.000 euros. La compañía realizó una corrección por deterioro de valor originado por riesgo de crédito de algo más de 62.500 euros, provisionando ese importe. La cantidad corresponde, según la sociedad, «a una parte de la deuda por impago de facturas emitidas al arrendatario actual, Asociación Club Financiero Atlántico, pendientes de cobro a fecha de la formulación de las cuentas”, indicaba la firma arrendataria, que especificaba que la entidad empresarial le adeudaba mensualidades de casi 1.500 euros de los ejercicios 2015, 2016, 2017 y 2018. Según la firma, «dichas obligaciones fueron reclamadas ante el Juzgado de Primera Instancia de A Coruña el 15 de enero del año 2019».

¿Hay solución para el Club Financiero Atlántico? El ya expresidente rechazó la posibilidad. «No en la situación económica actual», dijo. Así se escribe el fin de una entidad que se hizo famoso por ser el lugar en el que Amancio Ortega, dueño de Inditex y una de las principales fortunas del mundo según Forbes, desayunaba todos los días.

Avatar

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp