La losa de Adolfo Domínguez: 13 millones al año en alquileres
La compañía, que ha presentado un nuevo ERTE, forma parte de las 103 firmas que pidieron la intervención del Gobierno para suspender los arrendamientos
Adolfo Domínguez se ha encomendado a un segundo expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) para aligerar gastos y tratar de equilibrar una cuenta de resultados que se asoma a números rojos también en este 2020.
La decisión, que por el momento se topa con la oposición tanto de UGT como de Comisiones Obreras, tiene como objetivo actuar sobre la principal partida de gasto de la compañía después de haber solicitado al Gobierno que ponga a coto otra rúbrica que se come una novena parte de sus ingresos: los alquileres.
Su tercera partida de gasto
La compañía redujo su desembolso en arrendamientos desde los 14,7 millones de euros alcanzados en 2016 hasta los 13,3 millones registrados en el ejercicio 2018 (el último dato disponible). Es la tercera mayor partida de gastos, tras los aprovisionamientos (47,3 millones de euros) y el pago de salarios y cotizaciones sociales (38,1 millones de euros) y, además, representan el 11,9% de una cifra de negocio que en 2018 ascendió a 111,9 millones de euros.
Al cierre de febrero del año pasado, la compañía, que cuenta con 391 puntos de venta en 21 países, tenía comprometidas unas cuotas mínimas por valor de 41,2 millones de euros con sus arrendadores (casi ocho millones más que en el ejercicio anterior), de las cuales la mayor parte (30,7 millones de euros) se correspondían a contratos de arrendamiento por un periodo superior a un año.
La otra pata del ajuste
Es por ello que la compañía ha sido una de las 103 firmas que han presentado una iniciativa ante el Congreso de los Diputados para suspender estos contratos de arrendamiento y poder renegociarlos para ajustarlos a la realidad económica que deja un Covid-19 que ha cortado buena parte de los ingresos de la compañía durante los dos últimos meses y medio.
El objetivo tanto de Adolfo Domínguez como de Bimba y Lola (liderada por sus hijas, María y Uxía Domínguez), Textil Lonia (capitaneada por su hermano, Jesús Domínguez), Mango, Cortefiel o Desigual es “negociar en condiciones de igualdad” estos contratos sin esperar a que estos venzan, algo que facilitaría las cosas a Adolfo Domínguez. Y es que la compañía tenía casi una sexta parte de sus contratos negociados para un periodo superior a cinco años, algo que pondría cuesta arriba una hipotética renegociación.