La Guardia Civil amplía investigaciones por el fraude gigantesco del jamón
Las investigaciones por fraude alimentario en España alcanzan dimensiones nunca vistas hasta ahora en la operación Opson que coordina la Interpol desde 2011
La Guardia Civil ha extendido como nunca antes una investigación de fraude alimentario en España. La complejidad y profundidad encontrada en el fraude de supuestos jamones ibéricos de bellota vendidos en grandes superficies ha obligado a extender las inspecciones e investigaciones más allá de lo planificado, según han confirmado fuentes de la Guardia Civil.
La operación Opson contra el fraude alimentario, que coordina la Interpol principalmente en países europeos, bate récords en España por la compleja investigación del fraude en el jamón ibérico. Por primera vez, las inspecciones de Seprona han durado más de seis meses cuando habitualmente las investigaciones se centran en diciembre.
La operación Opson contra el fraude alimentario y la baja calidad de productos alimenticios, comenzó en 2011 después de que la Interpol y el gobierno de Italia decidieran poner en marcha operaciones contra el fraude alimentario con motivo de las fiestas de Navidad.
Hasta ahora, la Interpol y las policías locales han ejecutado siete operaciones en plena temporada de Navidad. Y por primera vez las investigaciones se han extendido durante más de seis meses, según han explicado fuentes cercanas a la investigación.
De cerdos robados a cerdos falsificados
La Guardia Civil se centra en hacer un análisis del mapa del fraude del jamón ibérico en España, donde se sospecha que se ha expandido la venta de falsas piezas de cerdos alimentados con bellota cuando, en realidad, podría tratarse de cerdos que fueron criados a base de pienso.
La investigación inicial comenzó con los jamones de Comapa, líder en la distribución de jamones en España, en los supermercados Carrefour, pero las inspecciones se han extendido a otros distribuidores y superficies. Los agentes de la Guardia Civil siguen recabando pruebas, aunque la mayoría de países en los que la Interpol trabajan en esta investigación ya han finalizado las pesquisas.
Las primeras operaciones Opson en España, realizadas en 2011 y 2012, detectaron fraude en productos cárnicos, pescados y mariscos pero en 2003, la policía se centra en un fraude de robo de cerdos en Cáceres que eran vendidos como jamones de una calidad superior. En 2014, las investigaciones se centraron en el fraude del café, en 2015 en aceites, y en 2016 en diferentes productos de consumo para Navidades.
Las estafas, por lo general, ejecutadas por pequeños comerciantes, consistían en colocar productos importados que no cumplían con las normas de etiquetado en España pero la red detectada a finales del año pasado parece tratarse de un esquema más complejo y extendido en varias provincias españolas. En él han quedado salpicadas empresas líderes del sector de la distribución.
Multas de hasta 600.000 euros
Carrefour, que ha vendido jamones de bellota a “precios imposibles”, según los agricultores y productores, ha sido una de las empresas investigadas. Los jamones “Ibéricos de antaño” fueron objeto de varias inspecciones. Algunas piezas eran vendidas sin los precintos que exige la ley para verificar la procedencia y alimentación de cada ejemplar.
Comapa, el principal distribuidor de ibéricos en España, justificó a “pérdidas involuntarias” el hecho de que algunos jamones no contasen con los precintos exigidos por la ley de calidad del ibérico. También es una de las distribuidoras investigadas pero no la única.
Las operaciones de fraude alimentario de la Guardia Civil suelen concluir con multas de entre 5.000 y 600.000 euros y decenas de detenciones cada año. La Guardia Civil había estimado que la operación finalizaría en enero. Cinco meses después, aún no tiene fecha prevista para cerrar el caso.