La geopolítica de Navantia: su megacontrato en Reino Unido reabre el cisma entre Inglaterra y Escocia
El Partido Nacionalista Escocés ha arremetido contra el Gobierno de Rishi Sunak por la concesión del contrato de tres buques para la Royal Navy a Navantia, que se construirán entre Cádiz, Inglaterra e Irlanda del Norte
El macrocontrato de Navantia en Reino Unido reabre las grietas entre Londres y Edimburgo. El nuevo portavoz de Defensa del Partido Nacionalista Escocés (SNP, por sus siglas en inglés), Dave Doogan, ha pedido explicaciones al Gobierno que encabeza Rishi Sunak por la concesión del contrato valorado en 1.600 millones de libras (unos 1.800 millones de euros) al consorcio formado por Navantia, BMT y la compañía con astilleros en Belfast (Irlanda del Norte) y Appledore (Inglaterra), Harland & Wolff.
«Escuchamos todo el tiempo hablar de la fuerza de la Unión [por Gran Bretaña] para los pedidos en los astilleros escoceses, pero Escocia, todavía atrapada en esta Unión necrótica. Sale perdiendo pase lo que pase», ha denunciado Doogan.
«Cuando esta Secretaria de Estado adjudica obras a Cádiz que deberían haber ido a parar a Reino Unido: el Reino Unido gana, Escocia pierde», ha censurado Doogan. El representante de los nacionalistas escoceses ha arremetido, de esta manera, contra el contrato otorgado a las británicas BMT y Harland & Wolf (esta última es conocida por ser el astillero donde se construyó el Titanic y Navantia.
El Gobierno británico choca con la oposición
El consorcio Team Resolute, que capitaneaba la empresa propiedad de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), será el encargado de la fabricación de tres buques logísticos para la Flota Real Auxiliar de la Armada británica. Está previsto que la producción de estos tres buques de 216 metros de eslora arranque en 2025 con la vista puesta en que estén ya operativos en 2032. Durante esta fase de construcción se generarán 1.200 nuevos empleos directos en los astilleros, así como otros 800 indirectos.
«Veremos un barco militar ensamblado íntegramente en Belfast por primera vez en 15 o 16 años», se ha defendido el ministro de Defensa, Ben Wallace. Según el representante del Gobierno, este movimiento va a «hacer crecer los empleos en Harland & Wolff, un histórico astillero». «Creo que son buenas noticias para la construcción naval británica», ha defendido.
Las declaraciones de Wallace se han topado con las críticas del principal partido de la oposición. El exministro laborista de Defensa, Kevan Jones, ha advertido de la posibilidad de que la construcción de que el primero de estos tres buques sea construido en la Bahía de Cádiz. El contrato rubricado entre Team Resolute y el Gobierno británico establece que 14 de los 21 bloques que compondrán estos buques se fabricarán en Reino Unido, mientras que los siete restantes correrán a cargo de Navantia.
Sin embargo, el ahora diputado laborista ha expresado sus inquietudes en torno a la capacidad de Harland & Wolff para sacar adelante el encargo. Tras preguntar sobre si el astillero ubicado Appledore (Inglaterra) está preparado para llevar a cabo la construcción de bloques de más de 1.000 toneladas, Jones también ha expresado sus dudas sobre si Harland & Wolff cuenta con pulmón financiero suficiente para abordar este encargo en los términos previstos dada su baja facturación, que rondó el millón de libras esterlinas en 2020 y los 18,5 millones en 2021.
La polémica por el contrato
De esta forma, las fuerzas de la oposición (tanto los laboristas como los nacionalistas escoceses) han arremetido contra el Gobierno británico por un contrato que ya se encontraba en el ojo del huracán antes de su resolución. Y es que a lo largo del último año y medio diferentes grupos presionaron al Ejecutivo antes capitaneado por Boris Johnson y Liz Truss para imponer restricciones al acceso de firmas extranjeras a este tipo de barcos.
Por razones de seguridad nacional, países como España o la propia Reino Unido vetan la concesión de contratos de buques puramente militares (fragatas o corbetas, por ejemplo) a firmas de países extranjeros. Sin embargo, en el caso de buques auxiliares para el ejército todavía no existen este tipo de exclusiones, lo que he le ha abierto a Navantia las puertas a un contrato que dejará carga de trabajo en Cádiz y que implicará el desplazamiento de 40 técnicos a los astilleros de Harland and Wolff para supervisar el avance de las obras.