La estrategia de las operadoras del norte para plantar cara a Movistar
Euskaltel, en el que se integra la gallega R, y Telecable se hacen fuertes en sus territorios para no perder cuota de mercado frente a los gigantes nacionales
Igual que hizo Don Pelayo con la Reconquista, un grupo de operadoras de tamaño medio resiste el avance de las grandes del sector –Movistar, Vodafone y Orange– desde el norte del país. Euskaltel es la que lleva la voz cantante en todo este proceso. La cablera vasca, un año después de hacerse con R, dominadora del mercado gallego, reaviva sus intenciones de controlar también la asturiana Telecable, en manos del fondo Zegona, para crear el cuarto grupo del país y extender su crecimiento a otras regiones.
Tanto R, como Telecable, como Euskaltel tienen modelos parejos y una fuerte penetración en sus correspondientes territorios. Las tres ofrecen servicios de Internet, televisión, telefonía (móvil y fija) y soluciones para empresas. Su unión crearía un grupo con un potencial de facturación cercana a los 750 millones de euros y una fuerte generación de caja, que le abriría la puerta a explorar la entrada en nuevos mercados.
Crecimiento forzoso
Sus mercados se les empiezan a quedar pequeños y su producto estrella, el cable, ha quedado ya por debajo de la fibra que ofertan las grandes compañías del sector. Por este motivo, Euskaltel ya está moviendo ficha y ultima un gran acuerdo con Orange para compartir fibra, pudiendo así consolidarse aún más en sus zonas de influencia y crecer de la mano de un socio en el resto de territorios.
La cablera vasca ya trabaja con la cablera francesa, con la que tiene firmado un acuerdo mayorista para su red móvil. Telecable, por su parte, ha cambiado a finales de 2016 su proveedor de servicios móviles. Después de casi nueve años con Vodafone, ahora es Movistar la que presta el servicio, con conectividad 4G, a los cerca de 200.000 clientes de la compañía asturiana.
Tras los pasos de R
La estrategia para comprar la cablera de Asturias a Zegona podría seguir el mismo patrón que empleó Euskaltel integrar R, abonando una parte del pago en metálico y el resto en acciones de la compañía. No obstante, la caída del valor en los últimos meses hace que esta posibilidad pierda atractivo a corto plazo, salvo que las acciones de la firma vasca comiencen a recuperar posiciones. En cualquier caso, la operación necesitará el visto bueno de Kutxabank, su accionista mayoritario, con más del 25% del capital.
Después, el siguiente paso será el de crecer por otras comunidades, como Cantabria, donde acaba de ver la luz un nuevo operador, Ibiocom, que con una inversión de 35 millones de euros pretende hacer llegar la fibra al 85% por ciento de los hogares de la comunidad en un plazo de tres años. Este proyecto podría ser el siguiente objetivo de Euskaltel para completar su presencia en la cornisa cantábrica. Navarra, La Rioja y Castilla y León, en los que desembarcaría de la mano de Orange, son otros de los territorios marcados.