La dueña de Ferroatlántica-Sabón se hunde en pérdidas
Ferroglobe cierra los nueve primeros meses del año con unos números rojos de 190 millones de euros y avanza nuevos recortes
Ferroglobe sigue sin dar con la tecla para salir de números rojos. La compañía, propietaria de la plantas de Ferroatlántica en Sabón y Boo (Cantabria) ha disparado sus pérdidas en los nueve primeros meses del año hasta los 212,4 millones de dólares (unos 190 millones de euros al cambio actual).
La multinacional, participada al 55% por el Grupo Villar Mir, se hunde en pérdidas en un año marcado por la venta del complejo de Cee-Dumbría y las diez minicentrales hidroeléctricas de los ríos Xallas y Grande al fondo TPG Sixth Street Partners por un importe de 170 millones de euros, que, una vez, ajustados, se quedaron en 154 millones.
“La debilidad general del mercado ha impactado de manera adversa en nuestros resultados del tercer trimestre y se espera que persista en lo que queda de 2019”, ha asegurado el consejero delegado de la compañía, Pedro Larrea. “Aunque estamos empezando a ver algunos puntos positivos en nuestros productos clave, continuamos ajustando nuestra estructura de costes y la plataforma de producción en anticipación a la demanda y la incertidumbre de precios para este 2020. Las medidas que ahora estamos tocando están enfocadas a devolver el flujo de caja a nivel positivo y estos cambios operacionales podrían ayudar a maximizar nuestra rentabilidad tan pronto como el entorno de mercado mejore”.
Nuevos recortes
Los resultados de Ferroglobe contrastan con los cosechados en los nueve primeros meses del año pasado en los que cerró con una facturación de 1.489 millones de euros (un 25% más que los 1.117 millones de euros de este 2019) y unos beneficios de 89,1 millones de euros.
De cara al futuro, la compañía anuncia nuevos recortes de producción, que provocaran que su capacidad para producir silicio metal de 242.000 a 186.000 toneladas anuales y las aleaciones a base de silicio de 442.000 a 354.000 toneladas.