La cúpula de Alcoa pone en alerta a los inversores sobre el coste de la energía en España
En una conferencia organizada esta semana por Jefferies, el número dos de Alcoa a nivel mundial destaca que España es “una de las áreas en las que estamos más expuestos a mayores precios de la energía”
En lo relativo a la crisis de Alcoa en San Cibrao nada es sencillo. En julio, con cuatro ofertas de grupos consolidados del sector sobre la mesa, la solución al conflicto que mantiene en vilo a toda la comarca de A Mariña parecía más cercana. Sin embargo, pasados dos meses, el proceso de venta vuelve a la casilla de salida. Al menos, así lo ve la plantilla, que el próximo lunes retomará una huelga indefinida que se paralizó para favorecer las negociaciones entre la multinacional americana y el Gobierno, que por ahora guarda silencio. En medio de este escenario, esta misma semana, el número dos de la compañía a nivel mundial, Willian Oplinger, destacó en una conferencia ante analistas organizada por Jefferies que España es una de las áreas a nivel global en las que la empresa está “expuesta a mayores precios energéticos”.
El vicepresidente y director financiero del grupo aluminero fue preguntado por los analistas acerca de los incrementos de costes cíclicos que, en estos momentos, afronta de forma general una multinacional como Alcoa. El ejecutivo indicó que, en la actualidad, “el entorno energético” presenta mayores costes. “Lo estamos viendo con el gas natural en Europa y también con los precios de la electricidad”. “Una de las áreas en las que estamos expuestos a mayores precios de la energía es España, donde tenemos electricidad al contado”, apuntó, para añadir: “Y esa es la electricidad con el precio más alto, si no la electricidad con el precio más alto del mundo para fundir”.
El dilema del precio eléctrico
Lo cierto es que el precio eléctrico fue, desde el inicio, el argumento que Alcoa empleó para justificar su decisión de poner fin a la actividad en San Cibrao. Ante las resistencias del Gobierno a triangular la venta de la factoría de aluminio primario a un tercero a través de la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales), el pasado 30 de julio, los de Roy Harvey lanzaron una propuesta que, por ahora, aún no ha tenido contestación por parte del Ministerio de Industria, al menos de forma pública. La compañía propuso mantenerse un año más en Cervo, preservando la actividad y el empleo, para, posteriormente, iniciar un nuevo proceso de venta sin la necesidad de que el Ejecutivo actuase como intermediario. No obstante, para cumplir con este compromiso, el Gobierno debería garantizar un precio competitivo y estable de la energía para la fábrica.
La petición no se antoja sencilla, sobre todo, teniendo en cuenta que el barómetro de Aege, la patronal de los grandes consumidores eléctricos, pronostica unos precios finales para la industria electrointensiva este año de 109,13 euros el megavatio hora. La entidad asegura, por contra, que Francia cerrará el año en 45,43 euros y Alemania en 74,28.
Silencio de Maroto
Con estas cartas sobre la mesa, poco se sabe, de momento, de los pasos a seguir por el Ministerio de Industria. Este viernes, el presidente del comité de empresa de Alcoa San Cibrao, José Antonio Zan, afeó el “silencio” de la ministra Reyes Maroto y aseguró que, desde que se rompieron las negociaciones para llevar a buen puerto la venta de la factoría de aluminio, los representantes de los trabajadores no han vuelto “a saber nada” de la dirigente política.
El trabajador de Alcoa defiende que, en su opinión, la corporación industrial “sigue con la idea de esperar” a la resolución del Tribunal Supremo en relación con el recurso de casación que ha presentado a la sentencia del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia que anuló el ERE con el que pretendía despedir a más de 500 empleados de la fábrica de aluminio primario. El Supremo evaluará ese recurso el próximo 20 de octubre.
Previsiones al alza de Alcoa
No obstante, al margen del elevado precio de la energía en España que destaca el vicepresidente de Alcoa, lo cierto es que la compañía atraviesa un momento dulce debido, en buena medida, al espectacular repunte del precio del aluminio. Según los registros de la Bolsa de Metales de Londres (LME), el 28 de mayo, cuando los de Pittsburgh anunciaron su intención de acometer un ERE, el aluminio cotizaba a 1.500 dólares la tonelada. Ahora, supera los 2.900 dólares.
Esta situación también ha disparado la cotización de Alcoa en la bolsa de Nueva York: a finales de mayo de 2020, golpeada por la pandemia, los títulos se intercambiaban a 9,48 euros. Este viernes, cerró la sesión en 48,49 dólares.
En su conferencia para Jefferies, Oplinger, de hecho, habló de las previsiones ecomómicas de la compañía: el tercer trimestre de su año fiscal volverá a “ser récord”. “Tuvimos un segundo trimestre récord y creemos que el tercero debería ser alrededor de 100 millones de ebitda mejor que el anterior”, apuntó.