La crisis del gas frena el cierre de Endesa y obstaculiza los grandes proyectos de As Pontes
La guerra en Ucrania irrumpe en la partida de ajedrez que se juega en As Pontes, donde Endesa quiere garantías para desarrollar sus parques eólicos y la Xunta ve compatible la continuidad de la central con los proyectos de Ence o Sentury Tire
La crisis energética agravada por la guerra de Ucrania y el choque entre la Unión Europea y Rusia a raíz de la invasión ha provocado un nuevo bandazo en As Pontes. La central de Endesa, que ya se reactivó este año debido al encarecimiento de la luz, podría posponer su cierre, que solo está a la espera de la autorización definitiva del Gobierno que solicitó la compañía hace más de dos años.
El Ejecutivo ha pedido un informe a Red Eléctrica sobre los recursos necesarios para afrontar «situaciones de escasez de gas natural o de otros productos energéticos», un «escenario extremo» que podría derivarse del corte total de suministro de gas ruso. El estudio servirá para elaborar el plan de contingencia que reclama la Unión Europea a los estados y, aunque no versará específicamente sobre la planta de As Pontes, puede ser determinante para su continuidad si considera necesario mantener en operación la mayor central de carbón de España. Alemania, Holanda o Francia han propuesto en la elaboración de sus planes recuperar o mantener la generación térmica.
Transición Ecológica mantuvo una reunión este martes con la dirección de la compañía sin invitar a la Xunta ni explicar nada de lo hablado, pues se trataba de «una reunión de trabajo fuera de agenda», según justificaron fuentes del Ministerio.
En un giro insospechado, Putin ha acabado por condicionar el futuro de Endesa en la localidad coruñesa, una compañía que decidió acometer las inversiones necesarias para cumplir la directiva de emisiones, 220 millones, pero que acabó parando la térmica porque ni siquiera lograba entrar en el mix energético frente a tecnologías más baratas.
Ence, Reganosa, Sentury Tire y Endesa en el tablero de As Pontes
La crisis energética introduce un nuevo elemento en la partida de ajedrez que se está jugando en As Pontes, donde han germinado un puñado de grandes proyectos que pretendían reindustrializar la comarca tras el cierre de la central y avanzar en la transición ecológica con fondos europeos de incentivo.
La Xunta mantiene una doble tesis, una pública y otra en voz baja. Por un lado, considera adecuada la continuidad de la térmica, como expresó el vicepresidente primero, Francisco Conde, este mismo martes, apostando por «mantener activas todas las fuentes de generación» de las que disponga España hasta que las renovables puedan garantizar el suministro a precios adecuados. Por otro, está convencida de que los proyectos más relevantes, desde la fábrica de neumáticos de Sentury Tire a la planta de papel tisú de Ence se pueden desarrollar igualmente ya que no se ubican en terrenos de la central, por lo que no es necesario el desmantelamiento previo.
Ence se ubicará en el antiguo parque de carbones y Sentury Tire en los terrenos de la antigua mina. Reganosa y EDP dieron a conocer este martes la parcela para su planta de hidrógeno, que se ubicará en O Tesouro, en el espacio que ocuparon las oficinas de la mina.
Los planes de Endesa
La posición de la Xunta tiene su lógica pero choca o, cuando menos, ignora, los planes de la propia Endesa. A diferencia de Naturgy, la eléctrica contrató a una consultora para buscar proyectos para As Pontes y de esa investigación surgieron las fábricas de Ence y Sentury Tire. Pero la compañía también prevé construir una planta de hidrógeno de 127 millones y vincularla a seis parques eólicos que sumarían 611 megavatios y que también están pendientes de autorización.
“En As Pontes proponemos sustituir los 1.468 megavatios térmicos de la central por 1.505 megavatios renovables en el periodo 2020-2026. Para ello invertiremos unos 1.580 millones de euros y crearemos unos 1.250 empleos directos de media anual en los seis años de la fase de construcción», manifestó José Bogás el pasado abril.
Hasta ahora, Endesa había defendido que para poner en marcha el programa Futur-E, el paquete de medidas de apoyo a la reindustrialización tras el apagón de la térmica, era necesario primero la autorización para desmantelar la central. Si el Ejecutivo decide su continuidad, la compañía tendrá que replantear la situación, pues le interesa desarrollar sus proyectos renovables y cumplir el plan estratégico. As Pontes es también un cruce de intereses.