La crisis de los microchips se extiende en el motor vigués: 30 grandes proveedores de PSA presentan ERTE
El cierre indefinido de la factoría de PSA en Vigo provoca una oleada de ERTEs en la industria del motor viguesa similar a la que tuvo lugar durante el confinamiento del año pasado
La crisis de los microchips corta en seco las perspectivas de la automoción viguesa de cerrar un 2021 con cifras históricas. Los problemas de suministro de semiconductores han forzado el enésimo parón en la factoría de Stellantis (antigua PSA) en Vigo, provocando, además, un efecto dominó entre sus principales proveedores.
Y es que más de una treintena de grandes suministradores de componentes para la planta de Balaídos han presentado diferentes expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) para capear la crisis desencadenada por la sequía en el mercado de los microchips, según han confirmado fuentes sindicales a Economía Digital.
De la crisis del Covid-19 a los microchips
El parón temporal de PSA hasta, como mínimo, que acabe el mes de mayo impacta de lleno en algunos de sus proveedores más estrechos, como es el caso de Faurecia (empresa del propio consorcio Stellantis), Lear Asientos y Denso, pero también otros gigantes del sector como Borgwarner, GKN Driveline o Gestamp Vigo, que la semana pasada aprobó un ERTE de 60 días hasta final de año ante las dificultades de suministro que atraviesa el sector.
La ola de ERTEs en la automoción viguesa emula a la situación que se vivió en la primavera del año pasado, cuando el confinamiento obligó a cerrar incluso la factoría de PSA en Balaídos durante algo más de un mes.
Curvas en un año que apuntaba a récord
El parón obligado en el sector por la crisis de los microchips trastoca las previsiones que hacían presagiar que 2021 sería un ejercicio histórico para la industria del motor que gira en torno a la planta de PSA en Vigo. La factoría de Balaídos se sobrepuso a la crisis del Covid-19 el año pasado y cerró el ejercicio 2020 con el segundo mayor volumen de producción de toda su historia. De ella salieron un total de 497.000 vehículos, lo que supuso un aumento del 22% respecto al año anterior aún pese a su parón obligado por la pandemia.
Sin embargo, una nueva crisis (en este caso, la de los microchips) vuelve a cruzarse en el camino de PSA hacia las 500.000 unidades. Tanto es así que la producción de automóviles en el conjunto de España retrocedió un 13,4% en los tres primeros meses del año respecto al mismo periodo de 2019, según los datos de la patronal de fabricantes, Anfac. Este descenso ha sido previsiblemente inferior en la planta de Vigo, que cuenta con los vehículos comerciales ligeros (furgonetas) como buque insignia. Es precisamente este segmento de vehículos comerciales e industriales el que menos ha visto caer su producción entre enero y marzo (un 5,2%) respecto a sus niveles anteriores a la pandemia.
Fuentes del sector prevén que la crisis de los microchips que se ha generado, entre otras cosas, por la sequía en Taiwán (impacta de lleno en una industria demandante de agua como es la de los fabricantes de semiconductores) se mantenga como mínimo hasta final de año. Se añade así un grado más de incertidumbre a la evolución de la industria del motor en un 2021 en el van menguando las dificultades derivadas del Covid-19.
Ante esta previsión de que esta crisis persista en el tiempo, el propio vicepresidente económico de la Xunta de Galicia, Francisco Conde, ha abierto la puerta a presentar el proyecto para construir una fábrica de microchips con cargo a los fondos europeos Next Generation. «Vamos a seguir trabajando con sectores como la automoción y para cualquier proyecto, la Xunta va a estar ahí. Los fondos Next Generation pueden ser una oportunidad”, ha reivindicado, antes de abogar por completar la “cadena de valor” en la automoción y atraer fabricantes de semiconductores o microchips.