La crisis de Alcoa impacta en su planta de alúmina: de beneficios a unas pérdidas de casi 20 millones
Alúmina Española cerró el ejercicio 2020 con unos números rojos de 18,7 millones frente a los beneficios de 20,7 millones que computó en la prepandemia. Las ventas se redujeron un 23%, mientras los administraciones alertan del golpe que supuso la huelga en San Cibrao
El futuro de San Cibrao y, en concreto, de la planta de aluminio primario de Alcoa, continúa sin despejarse. No obstante, el hasta ahora negocio más rentable del gigante americano en España, su factoría de alúmina, tampoco atraviesa su momento más boyante. Lo revelan las cuentas de Alúmina Española, recientemente depositadas en el Registro Mercantil y que exponen que finalizó el año del Covid con unas pérdidas netas por encima de los 18,7 millones de euros. Lo abultado de los números rojos llama la atención debido a que, en el pasado, encadenaba resultados positivos millonarios. De hecho, cerró 2019 con un beneficio de casi 20,7 millones de euros.
En la memoria que acompaña su balance, los administradores de la sociedad, participada en un 60% por Alcoa y en un 40% por Westminer Acquisition, de la australiana Alumina Limited, llaman la atención, entre otros factores, sobre el impacto que tuvo la primera huelga en San Cibrao, que se activó tras la decisión de Alcoa de dar luz verde a un ERE para más de medio millar de empleados que, posteriormente, fue tumbado en los juzgados (primero por el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia y, después, por el Supremo). “Tras la decisión de octubre, los trabajadores declararon el inicio de una huelga en el complejo industrial de San Cibrao, lo que ha afectado a la planta de alúmina de la sociedad, alterando el curso normal de sus expediciones, así como al nivel de producción”, apuntan.
Situación actual
Un impacto que podría estar replicándose en el ejercicio en curso, teniendo en cuenta que el pasado septiembre, los trabajadores de Alcoa San Cibrao decidieron retomar la huelga suspendida a principios de 2021 para facilitar las negociaciones entre Gobierno y multinacional al no haber avances en el proceso. De hecho, tal y como apuntó Economía Digital Galicia, a finales de octubre, la corporación industrial remitió a la SEC, el equivalente americano a la CNMV, su última memoria trimestral, en la que exponía que Alúmina Española había incurrido “en pérdidas operativas recientes”. “A pesar de los recientes aumentos favorables en el precio de la alúmina del único activo operativo de Alúmina Española, en la refinería de San Cibrao, los altos costes energéticos en España y la huelga que trabajadores, que se reanudó el 27 de septiembre de 2021, suponen un reto para la rentabilidad de la entidad”, indicaban.
En todo caso, a pesar de las turbulencias que rodean a la planta, esta siempre ha estado al margen de todo el proceso de recortes de la factoría de aluminio, mucho más golpeada por su factura energética debido a que es una hiperconsumidora, por la electricidad que se consume en el proceso de electrolisis. De hecho, el pasado año, cuando los británicos de GFG Alliance se interesaron por el activo, la multinacional insistió en que no estaba en venta.
Caída de las ventas
El balance de resultados de Alúmina España revela que cerró 2020 no solo con unas históricas pérdidas de 18,7 millones de euros sino también con una caída de ingresos de un 23%, desde los 512,14 millones de 2019 a los 393,6 millones contabilizados hace ahora casi un año. El resultado de explotación, el propio de la actividad de la compañía, fue de 20,1 millones de euros en negativo, frente a los 36,9 millones en positivo de la prepandemia.
En 2018, antes de la venta de las fábricas de Alcoa en A Coruña y Avilés (ahora paralizadas y en medio de una investigación de la Audiencia Nacional por presunta descapitalización fraudulenta por parte de Grupo Industrial Riesgo), sus números aún eran mayores: 94 millones de beneficio e ingresos de 603 millones de euros.
Adiós a Alu Ibérica
Para entender los números de la factoría de alúmina del año 2020 hay que tener en cuenta en varios factores. Al margen del impacto de la huelga (que tuvo lugar en los últimos meses del año) y la crisis de Alu Ibérica en A Coruña y Avilés, unos de sus clientes al margen de la propia factoría de aluminio primario de Cervo, el precio del metal tocó mínimos debido a la situación de pandemia y tardó más que el aluminio en remontar, algo que también afectó al negocio. En 2020, según expone en sus cuentas, la planta de alúmina facturó 97,8 millones de euros a Aluminio Español, la sociedad que sostiene la planta de aluminio primario. En 2019, esa cantidad ascendió a 133,8 millones.
En su memoria, sus administradores exponen que durante el año pasado, se realizaron “inversiones en materia medioambiental” por importe de 3,8 millones de euros, frente a los 4 millones contabilizados en el ejercicio precedente. Se corresponde esta cantidad, explica, “con proyectos encaminados principalmente a la remediación de suelos, tratamiento de agua y depósito de barros rojos”.
Indican también que el 22 de junio, “la Junta General de Accionistas acordó realizar una aportación dineraria” que alcanzó los 36,7 millones de euros, y que fue completamente desembolsada a finales del ejercicio.
Mesa multilateral
Con estos datos sobre la mesa queda claro que, aunque fuera del proceso de recortes, la planta de alúmina necesita, igual que la de aluminio, una respuesta ante la crisis que atraviesa el complejo de San Cibrao. El Ministerio de Industria convocó para este martes la mesa multilateral de Alcoa.
El pasado viernes, ministerio, Xunta y comité mantuvieron un encuentro preparatorio tras el que Industria solicitó a la multinacional que explique y detalle el último plan industrial presentado para la planta, «garantizando las inversiones y el empleo, incluido el de las empresas auxiliares, así como el suministro a los proveedores para garantizar la cartera de clientes».
Por su parte, el presidente del comité de empresa, José Antonio Zan, situó como «fecha idónea» este lunes día 13, por «la urgencia» de la situación, al tiempo que la Xunta reclamó al Gobierno «que tome la iniciativa» para pedir «la letra pequeña» de su propuesta a Alcoa.
La última propuesta de la compañía para la planta de aluminio primario implica ceses temporales de la actividad con el compromiso de que no haya un despido colectivo en cuatro años. A los representantes de los trabajadores por ahora no les «sirve» la propuesta, en primer lugar, porque los empleados de las auxiliares «son igual que los de Alcoa».