La batalla secreta de Villar Mir por las centrales de Ferroatlántica
Mientras pugnaba con la Xunta por vender las centrales, Ferroatlántica recurrió la ley de autoconsumo, que le obliga a gastar seis millones en las instalaciones
Las centrales hidroeléctricas que despliega el grupo de Villar Mir a lo largo del río Xallas protagonizaron toda una revuelta laboral cuando la compañía solicitó su segregación de las fábricas de ferroaleaciones de Cee y Dumbría (A Coruña) para posteriormente venderlas a Brookfield. Los trabajadores salieron en movilizaciones masivas, temiendo por el futuro del complejo industrial sin el respaldo de las plantas de generación. Ferroatlántica, la filial titular de las fábricas, prometió millonarias inversiones si le dejaban vender. Y en el medio apareció la Xunta, que denegó el permiso para segregar el negocio hidroeléctrico.
Tan vistosa batalla, ahora pendiente de los tribunales por el recurso de la empresa, se libró en paralelo a otra más gris, lejos de la primera plana de los diarios, pero que también afectaba de lleno a las centrales. Ferroatlántica recurrió contra la ley de autoconsumo, conocida por el sobrenombre de impuesto al sol, pretendiendo tumbar aquellos puntos del articulado que impactaban directamente sobre su rentable gestión energética.
Impacto de doce millones
El principal problema para Villar Mir radicaba en la disposición adicional octava del Real Decreto, que obliga a “separar físicamente las infraestructuras de conexión a la red, de forma que estas no se compartan por el complejo industrial y las centrales”, según indica Ferroatlántica en el recurso presentado ante el Supremo.
En el caso del complejo gallego, las instalaciones hidroeléctricas y las plantas de ferroaleaciones comparten infraestructuras de conexión eléctrica, conectadas entre sí en las subestaciones de Dumbría y el municipio de Cee con un único punto de acceso a la red. Por este motivo, alegaba Ferroatlántica, debería acometer unas obras con un coste estimado en seis millones, además de contraer unos menores ingresos de otros seis millones por la pérdida de capacidad de generación.
La compañía solicitó en el Supremo una indemnización por daños y perjuicios, al entender que se había quebrado el principio de confianza y seguridad jurídica.
Cómo funcionan las centrales
A pesar de responder formalmente a un diseño típico de autoconsumo, con las hidroeléctricas como generadoras de la energía que consumen las fábricas, lo cierto es que la fórmula que emplea Villar Mir es totalmente distinta. Desde 2007, las centrales venden toda la energía en el mercado eléctrico y las plantas de Cee y Dumbría acuden también al mercado para abastecerse, aprovechando las primas de interrumpibilidad.
Este esquema permite a centrales y complejo fabril aprovechar las primas de manera independiente, pero utilizando la misma infraestructura de conexión a la red. Ferroatlántica recurrió la obligación de separar el punto de acceso compartido, pero el Supremo, en sentencia del 25 de abril de este año, tumbó el recurso.