La auditoría destroza la gestión de Unipost
El grupo postal de los Raventós, que se encuentra en causa de disolución, condiciona su continuidad a un plan de negocio que incumple
El grupo postal privado Unipost, propiedad de la familia Raventós, cerró 2015 con un incremento del 20% de la facturación, hasta los 93,9 millones de euros, y redujo a la mitad sus pérdidas, con 2,2 millones. Esta aparente mejora no convenció a los auditores, que hicieron un duro informe en el que cuestionaban la continuidad de la compañía y subrayaban la falta de numerosa información.
Uniaudit Oliver Camps auditó las cuentas de 2015 de Unipost y destacó que, como en los ejercicios anteriores, presentó números rojos. Las pérdidas reiteradas «indican la existencia de una incertidumbre que puede generar dudas sobre la capacidad de la sociedad para continuar como empresa en funcionamiento», dice la auditoría.
Además de las pérdidas, la situación patrimonial también cuestiona la viabilidad de la compañía que dirige Pablo Raventós: Unipost cerró 2015 con un patrimonio negativo de 3,97 millones, más del doble que en 2014. Este hecho la sitúa en causa de disolución, es decir que puede ir a concurso si algún acreedor los solicita.
El reflote del grupo dependerá, según la auditoría, del cumplimiento del plan de negocio 2016-2018, así como de la refinanciación de la deuda bancaria y el aplazamiento de la deuda con Hacienda.
Plan de negocio truncado
A día de hoy, la situación de Unipost no ha mejorado precisamente. La previsión del plan de negocio es de mejorar la facturación entre un 2 y un 3% este año. La realidad es más dura. Como explicó Economía Digital, la pérdida de un importante contrato con Iberdrola provocará que en 2016 duplique pérdidas. En el primer semestre, los números rojos ya superaban los dos millones.
El plan 2016-2018 también pasaba por una mejora de los costes de distribución, «fruto de un mejor acceso a la red de Correos«. Unipost no llega a todos los pueblos que España, por lo que tiene que contratar a la empresa pública para llegar a los rincones en los que no está presente.
Lejos de mejorar, la relación con Correos ha empeorado durante este año. Como adelantó este medio, Unipost perdió en junio la condición de cliente preferente de la empresa pública. Por ello, dejó de tener acceso a descuentos y no puede aplazar los pagos, lo que tensiona enormemente su tesorería. Unipost ha denunciado el caso ante la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).
Por lo que respecta a la financiación, los Raventós sí que consiguieron algo: un crédito de la Generalitat, a través de Avançsa, por entre 3 y 4 millones de euros. Pero la banca no confía en la compañía y se resiste a darle más crédito. Por ello, y el conflicto con Correos, Unipost ha vuelto a fraccionar el pago de las nóminas y está negociando nuevos atrasos de las pagas extra.
Falta de información
Los avisos de los auditores no se queda ahí. Uniaudit recogía que la empresa tiene créditos tributarios por valor de 7,1 millones, como resultado de las pérdidas acumuladas en los últimos ejercicios. El auditor ponía énfasis en que la recuperación de dichos créditos está condicionada a conseguir beneficios en los próximos ejercicios.
Además, advertía que la memoria no incluía la información relativa a las remuneraciones de los administradores de la sociedad.
Uniaudit llevó a cabo la auditoría de 2015 después de que la de 2014 la hiciera Deloitte. A pesar de ello, la auditora de los últimos ejercicios presentados quiso recordar toda la información que los Raventós obviaron el año anterior y que Deloitte puso de manifiesto.
Unipost dejó de provisionar cuentas a cobrar que ya habían vencido, según advierten ambas auditorías, y contabilizó en 2014 gastos del ejercicio precedente. Además, no incluyó en las cuentas el factoring sin recurso ni la información sobre la remuneración de los administradores.